La película 7 Prisioneros muestra cómo los jóvenes de las pequeñas aldeas son engañados para realizar trabajos forzados en nombre del empleo. Dirigida por Alexandre Moratto, la película explora los horrores del tráfico de personas y la esclavitud moderna en los países sudamericanos.

7 Prisioneros se centra en un protagonista que se convierte en esclavo de los deseos de su empleador para sobrevivir. Pero en la búsqueda de una fuga, el héroe se contagia de una codicia similar. El viaje simboliza que la codicia no perdona a nadie, y al final, todos nos convertimos en esclavos de la riqueza y el lujo.

Trama de 7 prisioneros

Mateus (Christian Malheiros), de 18 años, vive con su madre, Ana, y sus dos hermanas, Odete y Cirlene, en una pequeña casa en las afueras de Ariranha. Ana trabaja día y noche en la granja para dar de comer a sus hijos. Mateus quiere ser ingeniero, pero acepta un trabajo mal pagado en una chatarrería de São Paulo para mantener a su familia.

Un intermediario, Gilson, le consiguió el trabajo a Mateus y a su amigo del mismo pueblo, Samuel. Otros dos amigos, Ezequiel e Isaque, se unen a ellos, y los chicos de Catanduva llegan a São Paulo. Gilson los lleva a una chatarrería aislada y les presenta a su nuevo patrón, Luca (Rodrigo Santoro). Los chicos se instalan en una habitación detrás de la chatarrería. Luca les enseña a extraer el cobre de la carcasa de goma y a separar el acero inoxidable de la chatarra.

Tras una semana de laboriosas tareas, Mateus les reclama la paga. Luca les informa de que ya ha pagado un anticipo a sus familias. Les revela que ha incurrido en grandes gastos de transporte, alojamiento y comida, y que están en deuda con él. No está obligado a pagarles hasta que no salden sus deudas. Luca incluso les quita sus teléfonos móviles como garantía.

Esa misma noche, los cuatro intentan huir. Pero Luca convierte la chatarrería en una prisión vallada y les apunta con una pistola. Isaque intenta escapar, pero dos policías lo traen de vuelta. Luca les amenaza con que si se les ocurre abandonarle, se asegurará de que su amigo policía Batista haga una visita a sus respectivas familias. Su familia se enfrentará a las consecuencias de sus actos y, atemorizados, los cuatro deciden seguir los deseos del maestro.

La codicia

Mateus sabía que no podía enfrentarse a Luca con la fuerza. Por lo tanto, utilizó su ingenio contra él. Llegó a un acuerdo con Luca y lo convenció de que los liberara después de pagar sus deudas. Luca aceptó, y Mateus especuló que se liberarían de sus garras en 6 meses.

Con el paso de los días, Luca se encariñó con Mateus y puso a prueba su lealtad en todo momento. Cuando Luca estuvo seguro de que Mateus no lo traicionaría, le ofreció el puesto de mano derecha. Luca llevó a Mateus a comprar más esclavos al mercado. En este punto, los 7 Prisioneros exploraron los horrores del tráfico de personas en Brasil. Luca le dijo a Mateus que su jefe, Bianchi, dirigía la red. Bianchi era un político acaudalado. Mateus comprendió que era imposible huir de estos hombres, y que lo único que podía hacer para sobrevivir y proteger a su familia era acatar sus deseos.

Luca vendió a dos chicas a un burdel y pagó una cuantiosa comisión a Mateus, lo que le hizo más que feliz. Llevó a tres prisioneros más a la chatarrería, con lo que el recuento total fue de siete. Luca entregó sus responsabilidades a Mateus. Éste intentó rebelarse porque iba en contra de su conciencia gobernar a los hombres en las jaulas. Luca le explicó a Mateus que había visto sus revistas de lujo y conocía su sueño de ser piloto o ingeniero. Pero en el mundo real, estos trabajos de lujo no son para gente que se ha criado en la pobreza.

Mateus no intentó negar la realidad de su vida. Al día siguiente, cuando llamó a su madre, ésta parecía muy feliz. Luca le había enviado los cuatro mil dólares y su situación económica había mejorado. Mateus sintió el poder del dinero, y poco a poco lo transformó en la persona que antes odiaba. Al final, Mateus se convirtió en Luca y traicionó a sus compañeros.

Final de 7 prisioneros

El jefe de Luca, Bianchi, hizo una campaña política que decía que él era el futuro del país. Bastante simbólico, dado que Bianchi dirigía una red de tráfico de personas y trabajos forzados que estaba relegando al país a la edad oscura. Sin embargo, Bianchi ordenó a Luca que abandonara la chatarrería y asistiera a las operaciones diarias de la campaña.

Mateus le preguntó a Luca si también liberaría a sus amigos. Luca reveló que nunca iba a dejarlos ir, pero que le tenía cariño a Mateus. Así, le ofreció a Mateus irse con él. De camino a la chatarrería, Mateus se encontró con la madre de Luca y su familia. Parecían felices, y su felicidad cambió el corazón de Mateus. Quería tener la misma sonrisa en la cara de su madre algún día. Cuando volvieron a la chatarrería, el mejor amigo de Mateus, Samuel, intentó huir. Mateus lo atrapó y lo llevó de vuelta a la prisión.

Al atrapar a Samuel, Mateus se puso muy agresivo y le agarró del cuello. Temía que si Samuel se escapaba, sus planes de ganarse el lujo para su madre se arruinarían para siempre. Más tarde, Luca le dijo a Mateus que era él o ellos. Mateus tuvo que tomar una difícil decisión. Tenía que elegir entre un amigo y su futuro. Mateus eligió su futuro y llamó a Batista para que visitara la casa de Samuel. Amenazó a la madre de Samuel y le envió una foto. Samuel vio la foto de su madre y miró al Mateus transformado. Supo que su amigo había sido devorado por la codicia.

A la mañana siguiente, Samuel quemó el brazo de Mateus con un cigarrillo. Pronto, Mateus y Luca abandonaron la chatarrería, y Rodiney se hizo cargo. Mateus se sentó en el coche y vio la marca quemada en su brazo. Supo que había quemado todos los lazos y amistades que una vez tuvo. A partir de ahora, Mateus era un hombre completamente diferente.