Henry, un abogado vicioso y eficaz, recibe un disparo y sobrevive, pero descubre que no puede recordar nada, ni siquiera cómo caminar o hablar.

Tiene que aprender todo de nuevo, desde cero. Trágico, tal vez, pero anteriormente trataba a todo el mundo como una mierda, y al final acaba convirtiéndose en un tipo mejor por el accidente.

Aprende a ser un buen tipo, a querer a su mujer, Sarah, y a ser un verdadero padre y amigo de Rachel, su hija de 11 años. Todo esto después de lidiar con los problemas de finanzas e ingresos, y de la revelación de que tanto Henry como Sarah estaban teniendo aventuras.

Va a casa de Sarah y le dice que no le gusta su ropa, ni los huevos, ni ser abogado... que ya lo ha dejado. Sí quiere volver a ser una familia, mientras puedan estar juntos; se abrazan.

Henry se presenta en el colegio de Rachel con el perro, Buddy, al que Henry enseñó a "sentarse", interrumpe su clase, y él y Sarah llevan a Rachel fuera, se abrazan en familia, y hablan a Buddy para dar un paseo.