Final de A war (Una guerra)

1 h 55 min

El comandante Pedersen se debate entre el cumplimiento de los reglamentos militares, su responsabilidad ante sus hombres y los civiles afganos y su deseo de volver a casa con su esposa y sus tres hijos.

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Final de la película A war (Una guerra)
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A continuación, puedes leer el resumen y la explicación de A war (Una guerra)

Final de A war (Una guerra) explicado

Un soldado danés de un pelotón que patrulla la provincia de Helmand hace estallar un artefacto explosivo improvisado. Muere a causa de las terribles heridas mientras su comandante, Claus, en el campamento base, no puede hacer nada para ayudar. A partir de ese momento, Claus decide unirse a sus hombres en cada patrulla. Tras atender a una niña herida, su familia acude a la base porque los talibanes han amenazado con matarlos por pedir ayuda a los daneses. Claus los envía de vuelta a su pueblo.

Mientras tanto, en Dinamarca, la esposa de Claus, María, intenta mantener la vida cotidiana, con un marido en guerra y tres hijos que echan de menos a su padre. La tensión que la ausencia de su padre ejerce sobre la familia se percibe cuando la carga de la crianza de los hijos recae únicamente en María.

Al día siguiente, Claus y sus hombres regresan al pueblo y descubren que la familia afgana a la que habían ayudado ha sido asesinada. Entonces, sin previo aviso, se produce una emboscada de las fuerzas insurgentes. Claus, en la confusión de la batalla, solicita un ataque aéreo contra un recinto cercano, aunque sabe que carece de una identificación adecuada (PID) del enemigo. Esto permite a las tropas danesas retirarse sin pérdida de vidas. Sin embargo, Claus es acusado del asesinato de 11 civiles inocentes y enviado a casa. Las posibles consecuencias de estas acusaciones le sacuden a él y a su familia. El abogado defensor de Claus afirma que necesita alegar que tenía EPI para evitar la cárcel. Aunque piensa admitir su culpabilidad, María lo reprende airadamente por no pensar en la vida de sus hijos sin padre. Él decide alegar que llamó a un ataque aéreo porque tenía EPI.

Las pruebas contra él aumentan a medida que los hombres de Claus testifican en el tribunal. Su amigo íntimo y camarada, que lo conocía desde el campo de entrenamiento, testifica que Claus, a pesar de ser un buen oficial, estaba sintiendo la tensión del liderazgo y tomando decisiones precipitadas. En el estrado, Claus mantiene su posición. Tras ser interrogado por la acusación, declara airadamente que quienes no han estado en combate no pueden entender lo que supone tomar decisiones a vida o muerte. Inesperadamente, el antiguo operador de radio de Claus testifica que identificó fogonazos en el recinto, lo que da a Claus una razón plausible para convocar el ataque aéreo. Aunque esta prueba es dudosa, es suficiente para convencer al juez y al subcomité de que Claus tenía una identificación personal legítima.

Más tarde, mientras arropa a su hijo pequeño en la cama, Claus se da cuenta de que los pies de su hijo se parecen a los de la niña asesinada en Helmand. Se sienta solo fuera mirando el cielo nocturno.

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