Tras pasar los últimos 21 años en una prisión californiana por posesión de marihuana, un hombre de mediana edad llamado Russell Millings debe encontrar su camino en un mundo que ha cambiado completamente desde que fue encarcelado en los años 90.

Al salir de la cárcel, Russell encuentra trabajo en una hamburguesería. Visita un cibercafé y busca a su padre, fallecido en 2001. Una noche, mientras cierra el restaurante, encuentra un bebé abandonado en el contenedor, una nota guardada en la bolsa con el bebé revela que se llama Ella. Russell intenta cuidar él mismo a Ella y establece un vínculo con ella, hablándole de la afición de su padre a coleccionar sellos.

El bebé se cae de la cama y resulta herido, y Russell la lleva a una clínica, donde se llevan a Ella y él es interrogado por la policía. Después de perder a Ella, Russell viaja a Casper, Wyoming, en autobús, donde conoce a una mujer que le invita a reunirse con ella si alguna vez visita Denver. En Casper, visita la tumba de su padre.

Visita un banco para abrir la caja de seguridad de su padre, de la que le han dejado la llave. En la caja hay una carta en la que se profesa el amor de su padre y valiosos sellos, entre ellos una ciruela de Tyria. Abre un almacén que también le dejó su difunto padre y que contiene el resto de la colección de sellos y la ropa de su padre.

Russell visita a los Servicios de la Familia y la Infancia en Los Ángeles para ver cómo está Ella y darles un sobre con los detalles de un fideicomiso que ha creado en su nombre, que se le entregará cuando cumpla 18 años. Russell sale de Los Ángeles comprando un billete para un viaje en autobús. Cuando le preguntan a dónde le gustaría ir, sonríe ante las posibilidades que se le presentan.