Ben, un veterano productor de Hollywood, sufre una serie de problemas profesionales y personales. Su última película, Fiercely, tiene una proyección de prueba desastrosa, sobre todo por su final, que incluye el asesinato de su protagonista (interpretado por Sean Penn, que se interpreta a sí mismo en otra parte de la película) junto con su perro mascota.

Ben y su inconformista director británico, Jeremy Brunell, exponen su caso a la ejecutiva del estudio, Lou Tarnow. Ésta acusa a Ben de filmar el asesinato del perro sólo para poder utilizarlo como "moneda de cambio", para facilitar la negociación contra el recorte de otras escenas problemáticas. Lou amenaza con retirar la película de Ben de Cannes y encargarse del montaje si no se elimina al menos la muerte del perro. Jeremy se niega rotundamente y hace un berrinche.

A los problemas de Ben se suman los problemas para romper con Kelly, su segunda esposa. Más tarde, Ben descubre que su mujer tiene una aventura con Scott Solomon, un guionista casado con el que Ben ha trabajado anteriormente. Scott tiene un guión que está intentando sacar adelante, al que más tarde se une Brad Pitt.

Por último, el estudio amenaza con cancelar una película prevista de Bruce Willis debido a que la estrella no quiere afeitarse la gran y espesa barba que se ha dejado crecer. La carrera de Ben depende del destino de la película, pero cualquier intento de razonar con Willis encuentra inevitablemente una respuesta violenta y malhablada.

Finalmente, Jeremy cede y reedita el final de Fiercely para que el perro sobreviva. Ben intenta que el agente de Willis, Dick Bell, razone con él y le quite la barba, pero sus esfuerzos sólo consiguen que Dick sea despedido. No obstante, Willis acaba afeitándose la barba y la película sigue adelante.

Una semana después, Ben, Lou y Jeremy acuden a Cannes, con la esperanza de que puedan llevarse una Palma de Oro. Desgraciadamente, y sin decírselo a Ben ni a Lou, Jeremy ha vuelto a reeditar Fiercely, no sólo matando al perro, sino añadiendo casi un minuto completo de balas disparadas a sus cuerpos. Aunque el nuevo final destruye las posibilidades de la película de obtener la Palma de Oro y enfada a muchos de los asistentes, otros aplauden con entusiasmo la versión final de la película, incluido Penn. A Lou no le impresiona y se marcha inmediatamente de Cannes en el jet privado del estudio, dejando a Ben abandonado en Francia.

Finalmente, Ben consigue volver a casa, a tiempo para una sesión fotográfica de los treinta principales productores de Hollywood con Vanity Fair, aunque después de que los editores de la revista se enteren de la debacle en Cannes, Ben es relegado al extremo de la foto, lo que significa que apenas se le notará.