En la ciudad de Nueva York, Joy Ellis McNally (Cameron Diaz), una comerciante de materias primas muy nerviosa, es abandonada por su prometido Mason en la fiesta de cumpleaños sorpresa que ella organiza. Al mismo tiempo, el carpintero Jack Fuller Jr. (Ashton Kutcher) es despedido por su padre, Jack Sr. Ambos están angustiados y, junto con sus mejores amigos Toni "Tipper" (Lake Bell), que es camarera, y Jeff "Hater" (Rob Corddry), un abogado, hacen viajes desenfrenados a Las Vegas.

Joy y Jack se conocen por casualidad cuando les dan la misma habitación de hotel debido a un error informático. Una vez aclarado el malentendido y recibiendo habitaciones de categoría superior y cupones para varios clubes, salen de fiesta y beben juntos y acaban casándose. A la mañana siguiente, acordando que fue un error, planean divorciarse.

Antes de que puedan hacerlo, Jack utiliza una moneda de 25 centavos que Joy le da en una máquina tragaperras. Le toca un bote de tres millones de dólares y Joy le recuerda que están casados y que, por tanto, tiene derecho a la mitad del dinero. Regresan a Nueva York, donde intentan divorciarse. El juez declara que no pueden divorciarse hasta que intenten convivir durante seis meses, mientras asisten a sesiones semanales con el consejero matrimonial Dr. Twitchell. Si trabajan en el matrimonio pero siguen queriendo divorciarse después de seis meses, cada uno puede quedarse con la mitad de las ganancias. Si alguna de las partes no coopera, el dinero será inmovilizado por el juez en un litigio.

Los recién casados idean más y más astutos planes para socavar al otro, como por ejemplo que Jack le diga a Joy que su sesión de asesoramiento se cancela para demostrar que no está comprometida, y que Joy invite a chicas a su apartamento para seducirlo, organizando una fiesta. Jack le devuelve a Mason, el ex-prometido de Joy, su anillo de compromiso sin que Joy lo sepa. Sin embargo, en el retiro de trabajo de Joy, se encuentran inesperadamente atraídos el uno por el otro.

Al volver del retiro, llega la hora de que el juez decida qué pasa con el dinero. De camino a la audiencia, Joy ve a Mason, que le dice que quiere recuperarla. Le devuelve el anillo de compromiso y le dice que es lo suficientemente buena para él. Joy cree que Jack le tendió una trampa a Mason para engañarlo y así garantizar el divorcio. Ella se aleja de Mason y va a la audiencia. Allí, el consejero matrimonial testifica que la pareja trabajó en el matrimonio. El juez decide que se repartirán los 1,4 millones de dólares restantes (después de los impuestos, las facturas que Joy ha acumulado y el dinero que Jack ha gastado en su nuevo negocio de carpintería). Joy le dice al juez que no quiere nada del dinero y, al marcharse, le da el anillo de compromiso a Jack, diciéndole que no quiere nada de él.

A Joy le ofrecen el ascenso, pero lo rechaza, diciéndole a su jefe que prefiere ser feliz sin hacer nada que ser miserable haciendo algo que odia. Los padres de Jack le dicen que parece que él y Joy están enamorados. Al darse cuenta de su error, va a buscarla. Tipper le dice a Jack que ha dejado su trabajo y que nadie sabe dónde está. Él sospecha que se ha ido a Fire Island, Nueva York, el único lugar que la hace sentir verdaderamente feliz. Al encontrarla, Jack le propone matrimonio (de nuevo) y ella dice que sí.

Durante los créditos finales, aparecen escenas del día en que Jack y Joy se casan, de Tipper y Hater ejecutando posteriormente un plan de venganza contra Mason, y de Hater cortando a Dave.