A los diez años, Martin vive en Cahors con Jeanine, su madre peluquera, y su amante taxista, Said. Martin es el hijo ilegítimo de un exitoso hombre de negocios, Victor Sauvagnac. En contra de los deseos del niño, su madre envía a Martin a vivir con su padre, al que hasta entonces no conoce. Victor está casado y tiene tres hijos mayores que Martin. La mudanza no es feliz y rápidamente Martin se encuentra en conflicto con su impetuoso y frío padre.

Diez años más tarde, justo después de su vigésimo cumpleaños, Martin huye de su casa tras la muerte de su padre. Desaparece vagando por el campo e intenta ahogarse sin éxito. Martin aparece semanas después en el apartamento de su hermanastro Benjamin en París. Benjamin es un actor en apuros que comparte vivienda con su mejor amiga Alice, violinista de un quinteto local especializado en música de tango. Más extrovertido que su hermano menor, Benjamin, que es gay, mantiene una estrecha relación platónica con Alice. Martin encuentra rápidamente el éxito: en pocas semanas es un modelo muy solicitado. Alice es nerviosa y frágil, y alberga su propio dolor, la trágica muerte a los once años de su talentosa hermana. Al principio Alice resiente la presencia de Martin en el apartamento y se muestra fría con él. Aunque a Alice no le gusta mucho el melancólico Martin, éste se obsesiona con ella y empieza a seguirla subrepticiamente. Alice lo descubre y se enfrenta a él. Poco a poco queda cautivada por sus atenciones y ambos comienzan una apasionada relación amorosa.

Dejando atrás a Benjamin, Alice acompaña a Martin a Granada, España, en una sesión de fotos para modelos. Su felicidad es breve. Durante el viaje, el comportamiento de Martin se vuelve errático y se obsesiona cada vez más. Cuando Alice le revela que está embarazada, su declive continúa. Martin sufre una crisis nerviosa y entra en coma. Los médicos determinan que su estado es psicosomático. Para recuperar su salud, Alice alquila una cabaña junto al mar en la costa sur de España. Martin nada durante horas cada noche, pero sigue retraído. Le persigue la muerte de su padre.

Un flashback narra el periodo anterior a la muerte de Victor Sauvagnac. La relación con sus hijos era problemática: Martin, sin rumbo y retraído, no lograba complacerle; Benjamin le irritaba y una reunión sobre las perspectivas del negocio familiar acabó en una pelea a puñetazos entre François y Frédéric, los dos hermanos mayores. Martin celebra su 20º cumpleaños con Benjamin, que viene de París para la ocasión. Su reunión se ve interrumpida por una llamada telefónica de François, que se suicida ahorcándose en la fábrica de la familia. Cuando Martin decide marcharse a París, se produce una discusión y Martin empuja a su padre por las escaleras matándolo. Incapaz de asumir lo que acaba de hacer, Martin huye.

Después de revelar que ha causado la muerte de su padre, Martin, incapaz de soportar la culpa y el dolor por más tiempo, se interna en una institución mental. Alice, siguiendo los deseos de Martin, viaja a Cahors para hablar con la familia Sauvagnac. Se hace amiga de la madre de Martin, pero Lucie, la viuda de Victor, se muestra poco comprensiva. Frédéric Sauvagnac, que es el alcalde de la ciudad, se muestra abiertamente hostil. Benjamin llega al pueblo para evitar que Alice se inmiscuya en sus asuntos familiares. Sin embargo, ambos se reconcilian. Finalmente, Lucie decide contar a las autoridades la culpabilidad de Martin en la muerte de su marido. Martin confiesa su crimen, se entrega a las autoridades y va a prisión. Alice decide tener a su bebé. Aparece tocando su violín en una boda. Martin está en prisión pero, en una carta a Alice, parece estar por fin en paz consigo mismo.