Es 1945, la Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y Anita, una joven judía húngara de 16 años que sobrevivió a Auschwitz pero quedó huérfana, es acogida por su tía paterna Monika en Zvíkovské, Checoslovaquia.

Anita vive ahora con su tía, su tío Aron, su hijo Roby y Eli, hermano de Aron y luego cuñado de Monika, en una casa confiscada por el gobierno checoslovaco a los alemanes expulsados del país tras la guerra.

Pero Anita es tratada inmediatamente con frialdad por Monika, que le prohíbe hablar de su experiencia en el campo de concentración. También se le prohíbe salir de casa, ya que está indocumentada. Sin embargo, invitada por sus tíos que confían en la confusión, asiste una noche a una fiesta. Aquí dos policías, al darse cuenta de que es húngara, descubren que no está en regla y la detienen. Encarcelada, es liberada cuando, unos días después, obtiene sus papeles.

Pasan los días y Anita empieza a trabajar en una sastrería, donde se hace amiga de David. Mientras tanto, entre Anita y Eli comienza una tormentosa relación amorosa. Un día Anita descubre que está embarazada: le gustaría confiar en David, pero el joven se ha marchado a Jerusalén. Cuando ella revela su estado a Eli, el hombre reacciona mal y decide llevar a su amante a Praga para que la aborte. Anita es reacia, pero le sigue a Praga, ya que cree estar enamorada de él.

En el momento de la operación, el médico se da cuenta de que Anita quiere quedarse con el bebé y le da un sedante para simular la anestesia. Luego la despide entregándole el dinero que Eli pagó por el aborto. Anita vuelve con Eli a su habitación de hotel y él se va, encerrándola dentro. Anita, que finalmente se da cuenta de que no es amada por Eli, escapa saltando desde el balcón y llega al centro de acogida de judíos de la ciudad, donde se entera de que se están organizando viajes a Marsella, antes de embarcarse hacia Palestina. La joven consigue finalmente salir junto a otros chicos judíos para llegar a Jerusalén, donde está David, y, en el camión que la llevará a Marsella, viaja serenamente al pasado de su pueblo con un solo equipaje: el futuro.