En el Nueva York de 1975, tras haber cumplido cinco años de una condena de 30 años de prisión, el delincuente profesional Carlito Brigante es liberado por un tecnicismo legal aprovechado por su amigo íntimo y abogado, Dave Kleinfeld. Carlito jura poner fin a sus actividades ilícitas, pero es persuadido para que acompañe a su joven primo Guajiro a un negocio de drogas celebrado en un bar. Los proveedores de Guajiro lo traicionan y lo matan, obligando a Carlito a salir a tiros. Más tarde, Carlito coge los 30.000 dólares de Guajiro del negocio fallido y los utiliza para comprar un club nocturno propiedad de un adicto al juego llamado Saso, con la intención de ahorrar 75.000 dólares para retirarse al Caribe.

Como copropietario del club nocturno, Carlito rechaza varias ofertas para asociarse con un joven gángster del Bronx llamado Benny Blanco. Carlito también reanuda su romance con su antigua novia Gail, una bailarina de ballet que se prostituye como stripper. Kleinfeld se interesa por la novia de Benny, Steffie, una camarera del club. La frustración de Benny por los constantes rechazos de Carlito se desborda y se enfrenta a él una noche en su mesa. Carlito humilla públicamente a Benny, que reacciona maltratando a Steffie. Impulsado por su ya extenso consumo de alcohol y cocaína, Kleinfeld saca descaradamente una pistola y amenaza con matar a Benny, pero Carlito interviene. A pesar de ser amenazado personalmente por el propio Benny, Carlito le deja ir ileso, decisión que aleja al guardaespaldas de Carlito, Pachanga.

Kleinfeld, que robó un millón de dólares en concepto de soborno a su cliente, el jefe de la mafia Anthony Taglialucci, se ve obligado a proporcionar su yate para ayudar a Taglialucci a escapar de la barcaza de la prisión de Rikers Island. Kleinfeld suplica la ayuda de Carlito en la fuga de la prisión, y Carlito acepta a regañadientes. Esa noche, Carlito, Kleinfeld y el hijo de Taglialucci, Frankie, navegan hasta una boya flotante fuera de la barcaza donde Taglialucci está esperando. Mientras suben a Taglialucci a bordo, Kleinfeld los mata a él y a Frankie y arroja sus cuerpos al East River, alegando que lo habrían matado de todos modos. A continuación, admite con suficiencia haber robado el dinero de Taglialucci. Sabiendo que las represalias de la mafia son inminentes, Carlito rompe inmediatamente sus lazos con Kleinfeld y decide abandonar la ciudad con Gail. Al día siguiente, Kleinfeld sobrevive a duras penas a un intento de asesinato en su oficina.

La policía detiene a Carlito y lo lleva al despacho del fiscal Norwalk, donde le ponen una cinta en la que Kleinfeld se ofrece a testificar sobre falsas acusaciones criminales contra Carlito. Norwalk le informa de que es consciente de que Carlito es cómplice de los asesinatos de Taglialucci en un intento de presionarle para que traicione a Kleinfeld, pero Carlito se niega. En el hospital, Carlito visita a Kleinfeld, que confiesa haberle vendido. Tras advertir que un hombre sospechoso vestido con uniforme de policía le espera en el vestíbulo, Carlito descarga en secreto el revólver de Kleinfeld y se marcha. El hombre es el otro hijo de Taglialucci, Vinnie, que busca venganza por su hermano y su padre. Después de alejar al agente que ya custodiaba a Kleinfeld, Vinnie entra en la habitación de éste y lo mata de un disparo.

Carlito compra billetes de tren a Miami para él y Gail, ahora embarazada. Cuando pasa por su club para coger el dinero escondido, Carlito es recibido por un grupo de gángsters italianos de East Harlem liderados por Vinnie. Los italianos planean matar a Carlito, pero éste consigue escabullirse por una salida secreta. Los italianos le persiguen por todo el metro de la ciudad hasta llegar a la Grand Central Terminal, donde se enzarzan en un tiroteo. Carlito mata a todos sus perseguidores excepto a Vinnie, a quien la policía dispara y mata. Mientras Carlito corre para coger el tren donde le esperan Gail y Pachanga, Benny le tiende una emboscada y le dispara mortalmente varias veces con una pistola con silenciador. Pachanga le confiesa a Carlito que ahora trabaja para Benny, pero éste también lo mata de un disparo. Carlito le entrega el dinero a una llorosa Gail y le dice que escape con su hijo no nacido y que empiece una nueva vida. Carlito es trasladado en una camilla al hospital. Mientras muere, Carlito se queda mirando una valla publicitaria con una playa caribeña y la imagen de una mujer. El cartel cobra vida en su mente y la mujer, ahora Gail, empieza a bailar.