Marina, una joven de 23 años sin experiencia sexual, vive con su padre, Spyros, un arquitecto enfermo terminal, en una ciudad industrial griega junto al mar donde trabaja en la acería local.

Incapaz de relacionarse con sus congéneres, vive su vida a través de los documentales de fauna de Sir David Attenborough, las canciones de Suicide y las lecciones de educación sexual que le da su amiga Bella.

A pesar de su inexperiencia sexual, las relaciones de Marina con su padre y con Bella muestran calidez y reflexión. Spyros, contemplativo mientras se acerca a la muerte, comparte con ella cómo cree que "el hombre ha diseñado las ruinas con precisión matemática...", refiriéndose al destino de la mayoría de la arquitectura, finalmente. Pero luego, cínicamente, reflexiona que "Nosotros (Grecia) pasamos de las ovejas a las excavadoras...".

Cuando llega a la ciudad un desconocido, un ingeniero que comienza un curso de trabajo en la acería, Marina tiene su primera relación sexual con él. Es reservada, pero comparte su experiencia primero con Spyros y después con Bella.

Cuando Spyros se acerca a la muerte, Marina le pide a Bella que se acueste con su padre como un favor para el moribundo, que no ha estado con una mujer en mucho tiempo. Mientras tanto, Marina comienza una relación sexual con el desconocido.

La película llega a su conclusión tras el fallecimiento de Spyros, donde las últimas escenas son de Bella y Marina esparciendo sus cenizas sobre el mar.