En el estado de Washington en 1964, Selma Ježková, una inmigrante checa, se ha trasladado a Estados Unidos con su hijo de 12 años, Gene Ježek. Llevan una vida de pobreza mientras Selma trabaja en una fábrica con su buena amiga Kathy, a la que apoda Cvalda. Alquila una casa rodante en la propiedad del policía del pueblo, Bill Houston, y su esposa, Linda. También la persigue el tímido pero persistente Jeff, que también trabaja en la fábrica.

Selma está perdiendo gradualmente la visión debido a una enfermedad ocular degenerativa, pero está ahorrando dinero para pagar una operación que evitará que Gene comparta su destino. También participa en los ensayos de una producción de Sonrisas y lágrimas y acompaña a Kathy al cine local, donde juntas ven los musicales de Hollywood, tal y como Kathy se los describe.

En su día a día, Selma sueña despierta, imaginándose a sí misma en un musical. Jeff y Kathy empiezan a darse cuenta de que la visión de Selma es peor de lo que pensaban, y que ha estado memorizando tablas optométricas para poder pasar las pruebas de visión y mantener su trabajo. Bill le revela a Selma que los gastos excesivos de Linda han puesto la casa de la pareja en peligro de ser ejecutada por su banco. Ha pensado en el suicidio, pero no se atreve a llevarlo a cabo. Selma promete guardar su secreto y le confía su creciente pérdida de visión. Bill finge salir de la caravana, pero se queda, sabiendo que Selma no puede verle, y observa cómo esconde su dinero en una lata.

Al día siguiente, Selma rompe accidentalmente una máquina en la fábrica y es despedida de su trabajo. Vuelve a casa para añadir su último sueldo a la lata, pero descubre que está vacía. Al darse cuenta de que Bill le ha robado, va a su casa para enfrentarse a él. Linda acusa a Selma de intentar seducir a su marido y le explica que Bill le dijo que Selma le quería por su dinero. Al no querer revelar su conocimiento de la inminente ejecución hipotecaria, Selma ignora a Linda y se enfrenta a Bill por el robo. Se pelean por el dinero y Bill saca una pistola, pero Selma le dispara accidentalmente.

Bill le grita a Linda que llame a la policía, diciendo que Selma ha intentado robarle, y luego le ruega a Selma que lo mate; afirma que es la única manera en que podrá reclamar el dinero robado. Selma dispara a Bill varias veces, pero sólo lo hiere más debido a su mala visión, y finalmente lo mata a golpes con una caja de seguridad una vez que la pistola se queda sin munición. Entra en trance e imagina que el cadáver de Bill se levanta y baila lentamente con ella. Tomando su dinero de vuelta, huye de la casa y paga la operación de Gene.

Sin saber del asesinato, Jeff lleva a Selma al ensayo, donde su director llama a la policía para que la detenga. En el tribunal, la acusan de ser simpatizante comunista y de fingir ser ciega para aprovecharse del sistema sanitario estadounidense. Aunque cuenta toda la verdad posible sobre la situación, se niega a revelar el secreto de Bill, diciendo que había prometido no hacerlo. Cuando se demuestra que su afirmación de haber enviado todo el dinero a su padre en Checoslovaquia es falsa, es declarada culpable de asesinato y condenada a muerte. Kathy y Jeff acaban descubriendo lo que ha ocurrido y recuperan el dinero de Selma, utilizándolo para pagar a un abogado que pueda liberarla. Selma rechaza al abogado y opta por ser ejecutada en la horca en lugar de dejar que su hijo se quede ciego, pero está profundamente angustiada mientras espera su muerte. Cuando Selma empieza a llorar, Kathy entra corriendo para decirle que la operación ha sido un éxito y que Gene podrá ver. Aliviada, Selma canta la última canción en la horca sin acompañamiento musical. La trampilla se abre y la ahorcan antes de que pueda terminar la última estrofa, cuyos versos se muestran al concluir el proceso.