En el Teherán post-revolucionario de la década de 1980, a la ex estudiante de medicina Shideh se le prohíbe reanudar sus estudios por su implicación con grupos estudiantiles de izquierda. Se deshace de sus libros de texto de medicina, pero conserva un libro de fisiología médica que le regaló su madre fallecida. A medida que la guerra se intensifica, decide quedarse en la ciudad con su hija, Dorsa, a pesar de las protestas de su marido Iraj, un médico llamado al servicio militar. Iraj quiere que Shideh se quede con sus padres en una zona más segura del país, pero ella se niega. Iraj promete a Dorsa que su muñeca favorita, Kimia, la protegerá.

Un niño se muda con la familia vecina Ebrahimi, que son sus primos; sus padres murieron en un ataque. Durante un bombardeo, le susurra algo al oído a Dorsa y le entrega un amuleto para alejar a los espíritus malignos. Dorsa le cuenta a su madre que el chico le habló de la leyenda del Djinn; Shideh tira el amuleto. Visita a la señora Ebrahimi, que le revela que el niño es mudo desde la muerte de sus padres. Dorsa tiene fiebre y ella y Shideh sufren pesadillas. El trastorno de estrés postraumático de Shideh se agrava por el trauma de vivir en una zona de guerra, pero ella lo niega.

Un misil impacta en su edificio y Kimia desaparece en la conmoción. El comportamiento de Dorsa se vuelve más perturbado; insiste en que hay una presencia extraña en la casa e intenta repetidamente entrar en el piso superior, creyendo que Kimia está allí. Los vecinos comienzan a salir para escapar de la pelea. La señora Ebrahimi advierte a Shideh de que los djinns pueden poseer a los humanos, y que robarán algún objeto personal querido de sus víctimas. Los Ebrahimis también se marchan y Dorsa y Shideh son los dos únicos habitantes que quedan en el edificio. Los objetos de Shideh empiezan a desaparecer. Sus pesadillas se convierten en visiones de un chador que se mueve como un fantasma. Dorsa admite haber visto las mismas apariciones. Shideh finalmente quiere marcharse, pero Dorsa se niega hasta encontrar a Kimia. Shideh recibe una llamada aparentemente de Iraj, pero la persona que la llama empieza a reñirle por ser una mala madre. Shideh encuentra a Kimia mutilada, lo que molesta a Dorsa, que repara a Kimia con cinta adhesiva. Sin embargo, cuando están a punto de marcharse, suena otra sirena antiaérea.

Mientras baja al refugio, oye los gritos de Dorsa. Entra en pánico, creyendo que la Dorsa con la que se fue es una aparición, y vuelve a casa para encontrar a la verdadera. Ve a Dorsa bajo su cama, pero descubre que es una aparición. Escapando al refugio, encuentra a la verdadera Dorsa. Las dos son atacadas por la aparición del chador y escapan al coche. Shideh los lleva hasta los padres de Iraj. Sin embargo, se revela que la cabeza desprendida de Kimia fue dejada atrás y que el libro de texto de medicina de Shideh sigue en posesión del djinn, lo que implica que todavía pueden ser acosados.