En Nueva York, José trabaja como cocinero en un restaurante mexicano propiedad de su severo hermano cocinero, Manny. El establecimiento se prepara para la hora punta del mediodía. Nina, la camarera, llega tarde por segundo día consecutivo y Manny la despide en el acto. Al salir, a Nina se le cae el oso de peluche; José lo recupera y la persigue hasta el metro para devolvérselo. Cuando le pregunta por qué ha llegado tarde, ella le dice que está embarazada y que estaba enferma por las náuseas matutinas. José le ofrece un paseo por la ciudad, que ella acepta. Lleva a Nina al restaurante de un colega de Manny para recomendarle un puesto de camarera. Mientras cenan para esperar la respuesta, Nina le dice que no tiene intención de seguir adelante con su embarazo y que está considerando seriamente la posibilidad de abortar, en parte porque el padre no está interesado en mantenerla y ella no tiene dinero.

Nina acepta ir con él a la playa, pero José le dice que tiene que volver al restaurante a por su cartera. Cuando regresa, Manny le reprende por haber faltado al trabajo por Nina. Después de que José discuta con su hermano por su comportamiento opresivo, Manny lo despide. A continuación, José se sube a un tren con Nina para ir a su casa. Durante el viaje convence a Nina para que dé en adopción al niño que aún no ha nacido, pero ella argumenta a favor de la autonomía sobre su cuerpo. José la lleva a casa de sus padres y le presenta a su familia. Lleva a Nina al garaje y le enseña su viejo coche, que, según revela, conducía hace unos años con su representante durante el apogeo de su carrera como futbolista, y atropelló y mató accidentalmente a una niña. Su representante le sugirió frenéticamente que huyera del crimen, pero él prefirió asumir la responsabilidad. José fue entonces condenado a cuatro años de prisión por homicidio involuntario. Después de ser liberado, intentó sin éxito varias veces reconciliarse con la madre soltera de la niña, y la tragedia le ha dejado deprimido y con tendencias suicidas.

Los padres de José invitan a Nina a cenar y ella se entera de que Manny es adoptado. Le dicen que siempre es bienvenida a quedarse en su casa. José lleva a Nina a la playa cercana, donde ella le cuenta cómo la muerte de su padre cuando tenía doce años les causó a ella y a su madre un gran dolor emocional. Dado que no tuvo hermanos y pasó su infancia cuidando de su madre emocionalmente lisiada, le dice a José lo afortunado que es por tener una familia cariñosa, y espera que algún día conozca a un hombre que la quiera y sea tan capaz de formar una familia como lo fue su padre. Al día siguiente, antes de que cada uno se vaya por su lado, Nina le dice que necesita que un amigo esté a su lado la semana siguiente. José vuelve al restaurante y se reconcilia con Manny.

Varios años después, José es visto jugando en una playa con una niña. Cuando Nina llega se encuentra con la que se da a entender que es su hija, Bella, a la que había considerado abortar pero que luego entregó para que José la adoptara. Madre e hija intercambian regalos: Nina le da a Bella, entre lágrimas, el oso de peluche que su padre le regaló cuando era niña, mientras que Bella le entrega a Nina una concha marina. Después, las tres pasean juntas por la playa.