Nick Conklin es un agente de policía de la ciudad de Nueva York que se enfrenta a posibles cargos penales; Asuntos Internos cree que Nick estuvo involucrado con su antiguo compañero, que fue sorprendido recibiendo dinero de delincuentes en un escándalo de corrupción. Nick, que tiene dificultades económicas, está divorciado de su mujer, que tiene la custodia de sus dos hijos.

En un restaurante, Nick y su actual socio Charlie Vincent observan a dos japoneses reunidos con mafiosos. Las sospechas de Nick se confirman cuando otro japonés entra en el restaurante, se apodera de un pequeño paquete a punta de pistola, mata a dos personas y se marcha. Nick y Charlie persiguen y detienen al sospechoso después de que casi mate a Nick. Sato será extraditado a Osaka y entregado a la policía de allí. Aunque está enfadado porque Sato no será procesado en Estados Unidos, Nick acepta escoltarlo. El capitán de Nick cree que así evitará que Nick cause más problemas y agrave la ya sesgada investigación de Asuntos Internos.

Durante el vuelo a Japón a bordo de un Boeing 747-100 de Northwest Airlines y cuando llegan a Osaka, entregan a Sato a la policía japonesa, sólo para descubrir que fueron engañados por impostores. Nick convence a la policía de Osaka para que les permita observar la investigación, aunque sus armas son confiscadas. Se les asigna a Masahiro Matsumoto. Nick se comporta de forma grosera y ofende a Matsumoto, mientras que Charlie intenta ser más educado. Nick también se pone en contacto con la anfitriona de un club nocturno americano, Joyce, que le explica que Nick y Charlie representan la ineficacia y la estupidez de los americanos para los japoneses. A través de ella, Nick descubre que Sato está librando una guerra de bandas con un conocido jefe del crimen, Sugai, y que ha viajado a Nueva York para desbaratar el plan de falsificación de Sugai.

Nick se une a una redada policial sin permiso y se lleva unos cuantos billetes de 100 dólares de la escena del crimen. Al día siguiente, Matsumoto le explica que se ha deshonrado a sí mismo, a él y al cuerpo de policía por su robo, que ha sido denunciado en Estados Unidos; Nick le llama soplón y demuestra que el dinero es falso quemando uno de los billetes. Por la noche, Nick y Charlie regresan a su hotel borrachos y sin escolta, a pesar de las advertencias sobre su seguridad. En una aparente broma, un joven motorista le roba el abrigo a Charlie y le lleva a un aparcamiento subterráneo. El motorista resulta ser uno de los secuaces de Sato y ha hecho caer a Charlie en una trampa. Separado de Charlie, Nick ve con horror cómo Sato y varios otros torturan brevemente a Charlie antes de que Sato lo decapite. Joyce consuela al angustiado Nick en su apartamento. Más tarde, Matsumoto le entrega el revólver de servicio de Charlie.

Mientras Matsumoto y Nick siguen el rastro de uno de los agentes de Sato, Nick admite que robó dinero en Nueva York. El agente recupera un billete falso de muestra, que pasa a un gángster. Nick y Matsumoto le siguen hasta una fundición de acero, donde descubren que Sato está reunido con Sugai, y que el paquete de Nueva York es una plancha de impresión para billetes americanos de 100 dólares. Nick se enfrenta a Sato, que escapa cuando la policía arresta a Nick por agitar un arma en público. Aunque es deportado, Nick se escapa del avión para perseguir a Sato por su cuenta, ya que Matsumoto ha sido suspendido y degradado. Joyce le ayuda a reunirse con Sugai, quien le explica que fabricar moneda estadounidense falsa es su venganza por la "lluvia negra", o lluvia nuclear, tras el bombardeo de Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial. Nick sugiere un trato en el que Sugai puede utilizar a Nick para recuperar la placa robada a Sato, dejando la reputación y las manos de Sugai limpias.

Sugai deja a Nick en una granja remota con una escopeta. Matsumoto llega y deducen que Sato planea una masacre. Durante una reunión con Sugai, Sato se corta un dedo en señal de expiación, apuñala a Sugai y escapa con las placas, lo que provoca un tiroteo entre los hombres de Sugai y los de Sato. Sato escapa de la pelea en una moto de cross, Nick le persigue y ambos luchan brevemente. Nick gana la ventaja y, teniendo a Sato a su merced, tiene la opción de matar o no a Sato por Charlie y por toda la humillación que ha sufrido. Matsumoto y Nick llevan a un Sato esposado a la jefatura de policía ante el asombro de todos y más tarde reciben felicitaciones, que Nick acepta agradecido.

Antes de embarcar en su vuelo de regreso a casa, Nick agradece a Matsumoto su ayuda y amistad, y le entrega una camisa de vestir en una caja de regalo. Debajo de ella, Matsumoto encuentra las planchas de impresión falsificadas.