La película comienza con escenas de los primeros años de la vida delictiva de Peterson, que él mismo narra con humor autocrítico. Al principio se dirige a la cámara vestido con ropa de prisión; otras veces, cuenta su historia en un teatro de estilo vodevil con un público en directo. La historia de la película se desarrolla como una narración surrealista de viñetas conectadas entre sí, puntuadas por interludios de vodevil.

Relata episodios de delincuencia y violencia que le llevan a su primera condena de siete años de prisión. En la sentencia, su madre espera que salga en cuatro, pero su violencia en la cárcel prolonga su condena más allá de los siete años. Es enviado a un hospital psiquiátrico, donde sigue rebelándose y se le administran fármacos que, según él, le debilitan físicamente. Su primer intento de fuga consiste en caminar lentamente hacia la salida, donde un empleado le hace señas para que vuelva a una silla. Decide escapar ganándose un traslado de vuelta a la prisión e intenta estrangular a un detenido que se reveló como pedófilo, pero es detenido antes de matar al hombre. Comenta al público que, a pesar de todo el tiempo que ha pasado en la cárcel y el aislamiento, nunca ha matado a nadie.

En el vodevil, muestra imágenes de una protesta en un tejado durante la cual afirma haber causado "decenas de millones de libras de daños". Atribuye a esta destrucción la decisión del gobierno de declararlo "cuerdo" y ponerlo en libertad. Tras un breve reencuentro con sus padres, va a ver a su extravagante tío Jack. Allí es acogido y presentado de nuevo a un antiguo compañero de prisión que le promete que se convertirá en boxeador sin guantes y le da el nombre de Charles Bronson, en honor al actor estadounidense.

Bronson disfruta con la violencia y el espectáculo del boxeo sin guantes. No contento con sus escasas ganancias, sube la apuesta luchando contra dos oponentes a la vez e incluso pelea con un perro. Se declara a una mujer y le roba un anillo de mil libras con la esperanza de que se case con él. Ella lo rechaza; tras sesenta y nueve días de libertad, Bronson es enviado de nuevo a la cárcel.

Toma como rehén a la bibliotecaria de la prisión y espera a que lleguen los refuerzos, alternando gritos a su rehén y preguntando pacíficamente por su familia. Cuando llegan otros guardias, se desnuda y obliga a la bibliotecaria a que le ayude a aplicar su "armadura corporal" de vaselina, para que sea más difícil de agarrar en la inminente pelea. Tras ser inmovilizado, el director de la prisión le advierte que morirá dentro si su comportamiento no mejora. Animado por un profesor de arte de la prisión, que nota algo especial en sus dibujos, se convierte en preso modelo durante un tiempo, canalizando su confusión y dolor en vívidas imágenes de pájaros y criaturas grotescas. Cuando le comunican que el estudio de arte va a cerrar, Bronson ataca al profesor y lo retiene como rehén.

Mientras los funcionarios de la prisión esperan fuera, exige que se ponga música. Pinta su cuerpo desnudo de negro y ata al profesor a un poste. Le pinta un bigote en la cara, le mete una manzana en la boca y le quita el sombrero y las gafas para ponérselos en la cabeza. Una vez que este bodegón humano ha sido arreglado a su gusto, acepta su destino, llamando a los guardias de la prisión para que irrumpan en una nueva pelea, por la que será enviado de nuevo al aislamiento.