Final de Buried (Enterrado) explicado
La película comienza oscura y silenciosa con Paul Conroy (Ryan Reynolds) despertando dentro de un ataúd de madera enterrado.
Paul es un contratista de una compañía estadounidense en Irak cuando su convoy fue atacado por los insurgentes y está detenido esperando un rescate. Le dieron un mechero, una linterna, dos palos luminosos, un cuchillo, sus propios medicamentos contra la ansiedad y una Blackberry, así que llama al 911, a su esposa, a una amiga, al FBI y a su compañía, y todos proporcionan poca o ninguna ayuda.
Se las arregla para contactar a Dan Brenner (Robert Paterson) del Departamento de Estado que ha trabajado en casos similares de secuestro, consolando a Paul diciendo que recientemente salvó a un estudiante de medicina estadounidense llamado Mark White.
Debido a los bombardeos militares sobre él, su ataúd de madera comienza a romperse y lentamente se llena de arena.
Cuando Paul se despide de su esposa y deja un mensaje de despedida con su hijo, Brenner llama y le dice que encontraron un informante que sabe dónde está enterrado el estadounidense y que están cavando en ese sitio, por lo que Paul intenta desesperadamente mantenerse con vida.
Después de escuchar el sonido de la madera que se está rompiendo desde el teléfono, Brenner dice (parafraseando) “Oh, Dios mío, es Mark White, lo siento mucho, Paul, lo siento mucho”.
Segundos después, el ataúd de Paul está completamente lleno de tierra y la película se vuelve oscura y silenciosa.