José es un viejo anarquista que decide vengarse de la empresa que robó 15.344 dólares a su familia hace 18 años. Cuando se enfrenta al gerente yuppie, Pedro Mendoza, José amenaza con suicidarse y le ordena que le entregue la cantidad de dinero solicitada. En el caos que se produce, Pedro tropieza con un cajón que contiene medio millón de dólares y lo mete todo en la bolsa. Luego le pide a José que lo tome como rehén para que la policía no les dispare, y ambos huyen con éxito.

Tras el robo, Pedro se enfrenta a un dilema: no puede entregarse, porque el dinero robado es dinero blanqueado y, por tanto, tendrá problemas con la mafia, así que decide unirse a José en un viaje por carretera a la Patagonia mientras huyen de la policía y de la mafia por igual.

De camino a la frontera, se unen y deciden corregir las falsas afirmaciones de los medios de comunicación para limpiar sus nombres y justificar sus acciones. Graban un mensaje y lo envían a la televisión, y en el camino a la seguridad son ayudados por los empleados de la gasolinera que ven a la pareja como los modernos Robin Hood. La prensa los apoda "Los Indomables".

Deciden tomar un autobús que les acerque a la frontera (porque su coche acabó en un río). A bordo conocen a una chica gamberra, Ana, que roba la bolsa que contiene el medio millón de dólares, pero la devuelve rápidamente cuando la alcanzan. Deciden dejarla entrar en su sociedad y ella les roba un jeep. Los tres deciden "devolver" el dinero al pueblo, y hacen llover el medio millón sobre una multitud que los aclama, quedándose sólo con lo necesario para el viaje. Después, vuelven a huir.

"Los Indomables" consiguen llegar a la frontera tras esquivar un helicóptero que les persigue; con la ayuda de los empleados de la gasolinera evitan los cortes de carretera y a los dos sicarios enviados por la mafia, con los que finalmente se encuentran y se deshacen. Una vez en la frontera, se encuentran con Eusebio, marido de la hermana de la esposa de José, muerta hace tiempo. Tras reconciliarse con él, le revela a Pedro su profesión, mantenida en secreto durante toda la película: criador de caballos.

En los últimos momentos de la película, José se despide de Pedro y Ana, que se han enamorado, mientras se alejan en dos caballos hacia la frontera chilena. José libera entonces a todos sus caballos y, mientras pone en marcha al último, una persona fuera de la pantalla le dispara por la espalda. Muere, y el final es un montaje de los caballos de José corriendo libres, y el propio José bailando (desde una escena anterior de la película) y gritando al cielo lo bien que se siente uno al estar vivo.