Un acaudalado matrimonio parisino, Anne y Georges Laurent, descubre una cinta de vídeo dejada en su propiedad sin explicación que muestra horas de grabación de su residencia, dando a entender que están bajo vigilancia. Desconcertados por su origen, debaten sobre su propósito, considerando si podría ser una broma pesada de los amigos de su hijo de 12 años, Pierrot, o la obra de los fans de Georges, que presenta un programa de televisión literario. Llega una segunda cinta, acompañada de un dibujo infantil de una persona a la que le sale sangre de la boca. Se envían dibujos similares al lugar de trabajo de Georges y a la escuela de Pierrot. Perturbados, los Laurent acuden a la policía francesa, que determina que las cintas son demasiado inofensivas para ser consideradas una actividad delictiva. Los Laurent organizan una cena que es interrumpida por la entrega de otra cinta de vídeo, con un burdo dibujo de un pollo sangrando por el cuello. Cuando Anne revela el acoso a sus amigos, Georges pone la cinta en el VCR, y descubre que muestra la finca donde creció.

Georges comienza a tener sueños vívidos sobre Majid, un niño que conoció en su infancia. Los padres argelinos de Majid trabajaban como peones en la finca familiar de Georges, pero desaparecieron en la masacre de París de 1961. Sintiéndose responsables de Majid, los padres de Georges pretendían adoptarlo, pero el proceso nunca se concretó. Sospechando que Majid podría ser el responsable de las cintas, Georges visita a su madre enferma, que sorprendentemente dice no recordar bien a Majid. Cuando los Laurent reciben otra cinta, en la que se revela un apartamento de una vivienda de bajos ingresos (HLM), Georges le dice a Anne que tiene un sospechoso en mente, pero que no dirá quién hasta que pueda confirmar su sospecha. Anne responde sorprendida por lo que considera una falta de confianza.

Siguiendo las pistas de la última cinta, Georges localiza el apartamento de la avenida Lénine en Romainville y encuentra allí a Majid. Majid niega conocer las cintas o el dibujo, pero Georges no le cree y le amenaza. Una cámara oculta graba la conversación con Majid, que rompe a llorar cuando Georges se marcha, y las cintas del encuentro se envían a Anne y al jefe de Georges. Georges explica a Anne que tenía seis años cuando sus padres planeaban adoptar a Majid y que él no quería que ocurriera; dijo mentiras sobre Majid, que fue expulsado. Cuando Pierrot desaparece, los Laurent se ponen frenéticamente en contacto con la policía, que comprueba el apartamento de Majid y detiene a éste y a su hijo, aunque niegan estar implicados en el secuestro. Pierrot regresa con su familia, después de pasar un tiempo con sus amigos, y le insinúa a Anne que cree que está demasiado cerca de Pierre, un amigo de la familia.

Majid llama a Georges y le pide que vuelva al apartamento. Cuando Georges llega, Majid niega haber enviado las cintas, dice que quería que Georges estuviera presente y se suicida degollándose. Georges confiesa a Anne que, de niño, había afirmado que Majid tosía sangre y convenció a Majid para que matara al gallo de la familia, alegando falsamente que su padre lo quería. La policía confirma que la causa de la muerte es un suicidio, pero el hijo de Majid aparece en el lugar de trabajo de Georges para enfrentarse a él. Creyendo que el hijo es el responsable de las cintas, Georges le amenaza para que cese la vigilancia, pero el hijo le responde que no estaba implicado en las cintas y que quería saber cómo se sentía Georges al ser responsable de una muerte. Más tarde, el hijo de Majid conversa con Pierrot a la salida del colegio.