Una reportera llamada Alka conoce a Amol Dwivedi, el creador de una fundación que apoya a sobrevivientes de ataques con ácido, y le informa sobre Malti Agarwal, una de esas sobrevivientes que lucha por la prohibición de la venta de ácido. Malti está buscando empleo, y Amol la contrata en su organización.

En abril de 2005, Malti es atacada con ácido en una concurrida calle del mercado en Nueva Delhi. La policía investiga, y basándose en el testimonio de Malti y su novio Rajesh, sospechan de Basheer "Babbu" Khan, un amigo de la familia de Malti, y de la esposa del hermano de Babbu, Parveen Shaikh. La policía arresta a Babbu tras triangular la señal de su teléfono en la misma área del ataque, mientras Malti se somete a una serie de cirugías para reconstruir su rostro gravemente dañado. La madre de Malti trabaja como empleada doméstica en la casa de Shiraz; ella ayuda económicamente con el tratamiento de Malti y contrata a Archana Bajaj para que sea su abogada.

Archana señala que los ataques con ácido y las quemaduras con agua caliente caen bajo la misma sección del Código Penal de la India, por lo que el castigo será el mismo. En las primeras audiencias, queda claro que Babbu y Parveen son culpables, ya que la historia de Malti está corroborada por testigos y Parveen tiene las quemaduras características en los dedos por haber lanzado el ácido. Sin embargo, como la ley no trata los ataques con ácido como un delito grave, Babbu puede pagar la fianza y continuar con su vida normalmente. Malti se da cuenta de la necesidad de cambiar la ley y las regulaciones sobre la venta de ácido, y ella y Archana preparan una petición. Mientras tanto, el hermano de Malti, Rohit, es diagnosticado con tuberculosis intestinal avanzada.

En agosto de 2009, el tribunal sentencia a Basheer Khan a 10 años y a Parveen Shaikh a 7 años de prisión, pero ellos apelan al Tribunal Superior. Malti recolecta fondos para el tratamiento y la acción legal de otras sobrevivientes de ataques con ácido. Finalmente, logra que se enmiende el código penal. En 2013, otro ataque con ácido en Mumbai cobra la vida de Pinky Rathore, lo que genera indignación pública y la implementación de regulaciones sobre la venta de ácido. Malti se convierte en el rostro de los sobrevivientes de ataques con ácido y desarrolla sentimientos por Amol.

Se revela que Basheer planeó el ataque con ácido a Malti por celos y lo llevó a cabo con la ayuda de Parveen. En octubre de 2013, el Tribunal Superior de Delhi rechaza la apelación de Basheer, manteniendo a los atacantes en prisión. La película termina con otro ataque con ácido en diciembre de 2013 y lamenta que, a pesar de las nuevas regulaciones y la exposición mediática, la frecuencia de los ataques con ácido no ha disminuido, ya que el ácido todavía se compra y vende libremente en India.