La directora Bernadine Williams supervisa la ejecución del recluso Víctor Jiménez junto al capellán de la prisión David Kendricks. El oficial médico que lo atiende no consigue encontrar una vena adecuada para el brazo y comienza a sentir pánico. Bernadine autoriza al médico a utilizar la vena femoral. La ejecución sale mal y Víctor se retuerce en la mesa antes de que su corazón se detenga finalmente.

Uno de los presos de Bernadine es Anthony Woods, un hombre tranquilo que sigue manteniendo su inocencia y se niega a hablar con Bernadine cuando ésta visita su celda en el corredor de la muerte. Bernadine conoce bien al abogado de Anthony, Marty, que lleva siete años luchando por liberar a su cliente. Bernadine se entera por Marty de que Anthony ha perdido su última apelación. Comienza a preparar su muerte. En casa, Bernadine sufre de insomnio y pesadillas recurrentes.

Aunque mantiene una apariencia tranquila y profesional, tiene problemas emocionales, bebe mucho después del trabajo y se pelea con su marido, Jonathan. Jonathan, un profesor de instituto, quiere que Bernadine deje su trabajo, ya que ve que su trabajo la está agobiando. Después de una discusión en la noche de su aniversario de bodas, Jonathan deja a Bernadine y se registra en un motel.

Anthony recibe una carta de su antigua novia, Evette, en la que le informa de que ha sido padre. Él accede a verla durante las horas de visita, donde ella le revela que le ocultó su embarazo y que crió a su hijo con otro hombre porque era una vida mejor para su hijo que con un padre condenado a muerte. Se ofrece a dejar que Anthony vea a su hijo antes de que sea ejecutado.

Tras agotar los recursos judiciales, Marty presenta un recurso con la esperanza de que el gobernador del estado le conceda un indulto de última hora. Hace apariciones en televisión y sigue visitando a Anthony con frecuencia. Bernadine visita al capellán Kendricks y le pide que no abandone a Anthony. Jonathan vuelve a casa y se reconcilia, pero Bernadine sigue guardándose sus emociones.

El día de su ejecución, Anthony espera a Evette y a su hijo pero no aparecen. Bernadine deja mensajes de voz en el teléfono de Evette sin éxito. Mientras Marty y el capellán Kendricks ofrecen consuelo a Anthony, la oficina del gobernador llama a la prisión para informar de que no concederán clemencia.

Anthony es escoltado a la sala de ejecución y atado a la mesa de ejecución. En su declaración final, Anthony habla con el Sr. y la Sra. Collins, los padres del hombre que fue condenado por asesinato. Expresa su dolor por su pérdida y reafirma su inocencia. Agradece a Marty y al capellán Kendricks su ayuda a lo largo de los años. Bernadine llora al verlo morir.