Annie es elegida para ser jurado en un juicio de la mafia (vive completamente ajena al mundo exterior, era perfecta), y asegura al juez que no es ninguna dificultad, a pesar de ser madre soltera.

En medio del juicio, vende una obra de arte (es una artista), y el comprador es un hombre encantador del que no se sabe el nombre.

El profesor le revela que estuvo en su casa el día antes de conocerse, y le dice que revisó sus cosas, y le sugiere que vote inocente, y que anime a los demás a hacer lo mismo... y que, por cierto, su hijo, Oliver, saldrá perjudicado si no lo hace.

Oliver se da cuenta, se lo cuenta a la amiga de mamá, Julieta, y mamá está orgullosa de él por ser tan inteligente; pero el Profesor sabe que Julieta lo sabe. El juicio termina, y caramba, se le declara inocente. Los policías se acercan a ella y le piden que declare; ella no dice que no, pero tampoco dice que sí.

El Profesor es también el nuevo novio de Julieta, y le da un montón de pastillas, y muere.

Ella se lleva a Oliver a Guatemala, él la rastrea allí, y la sigue hasta una cosa del templo de Indiana Jones, donde unos tipos locales le disparan.