Terry Brogan (Jeff Bridges) es un jugador profesional de fútbol americano que ha sido recientemente apartado de su equipo debido a sus diversas lesiones. Sin trabajo y endeudado, Terry acepta un trabajo de su amigo, el propietario de un club nocturno de Los Ángeles Jake Wise (James Woods), para encontrar a su novia Jessie Wyler (Rachel Ward) que está en algún lugar de México. Jessie es también la hija de los propietarios del equipo que acaba de cortar a Terry. Él la localiza en Cozumel, donde inesperadamente se enamoran. Terry, queriendo alejar a Jessie de Jake, le dice por teléfono que no la ha encontrado. Durante su relación, Terry le cuenta a Jessie su participación en un escándalo de apuestas que le ha puesto bajo el control de Jake.

Varias semanas después, Jake envía al entrenador del equipo, y amigo de Terry, Hank Sully (Alex Karras) para que busque a los dos y le devuelva a Jessie. Sully los encuentra y, mientras lucha contra Terry, muere accidentalmente. Jessie entra en pánico y vuela inmediatamente a casa, dejando a Terry atrás. Ya de vuelta en Los Ángeles, Terry descubre que Jessie ha vuelto con Jake y sabe que han tenido una aventura. Jake amenaza con chantajear a Terry sobre sus apuestas en los partidos de fútbol a menos que haga otro trabajo para él. El antiguo agente de Terry, Steve Kirsch, que ahora trabaja para los propietarios del antiguo equipo de Terry, tiene registros incriminatorios sobre las apuestas ilegales realizadas por varios miembros del gobierno local, que están trabajando con los propietarios del equipo en un acuerdo de tierras, y el propio equipo. El trabajo consiste en irrumpir en su oficina y llevarse esos registros. Si esos registros se conocieran, el acuerdo de tierras estaría muerto, y muchas vidas estarían arruinadas, incluyendo la de Jake y Terry.

Cuando Terry va a la oficina, encuentra a Steve muerto, y ningún registro. Terry esconde el cuerpo y, sabiendo que le tenderán una trampa por el asesinato de Steve, encuentra a la secretaria de éste, que sabe de la caja fuerte de su jefe. Vuelven a la oficina y consiguen los registros incriminatorios. Terry se enfrenta entonces a Jake, Jessie y su padrastro, que es el dueño del equipo. Todo lo que quiere es que Jake le deje en paz y que Jessie vuelva con él. A cambio, se quedará con los registros para él y no le dirá a nadie sobre ellos. Jake trata de matar a Terry y quitarle los discos, pero Jessie lo mata con su propia pistola. El dueño accede a que Terry se quede con los discos, pero Jessie no puede acompañarlo.

Seis meses después, Terry vuelve a jugar al fútbol y ve a Jessie en la ceremonia de inauguración del terreno. Terry le dice a su padrastro, que intenta que se vaya, que no puede apartarla de él para siempre. El último plano de la película muestra a Jessie mirando a Terry con cariño mientras suena de fondo la canción de Phil Collins "Against All Odds".