La película había comenzado con un par de policías, los oficiales Waters y Ria (Don Cheadle y Jennifer Esposito) llegando a una escena donde se encontró un cadáver. El cuerpo pertenece a Peter (Larenz Tate), uno de los dos ladrones de coches que atacaron a Rick (Brendan Fraser) y Jean (Sandra Bullock) anteriormente. Jean, después de tropezar y caer por las escaleras, torcerse el tobillo, supera su intolerancia y reconoce que su criada hispana, María (Yomi Perry), es la única persona, posiblemente, además de su esposo, que siempre ha estado allí para ella; los dos se abrazan.

El oficial racista Ryan (Matt Dillon) termina rescatando a Christine (Thandie Newton), a quien había acosado sexualmente, de una explosión, lo que de alguna manera revindica su actitud. Al mismo tiempo, su ex pareja, el oficial Hanson (Ryan Phillippe) rescata al marido de Christine, el productor de cine Cameron (Terrence D. Howard), de ser abatido a tiros por otros policías, luego de enfrentarse ferozmente a Peter y a su amigo.

Anthony (Ludacris) es confundido con un ladrón de coches. El dueño de una tienda persa, enfurecido por haber sido robado y descubrir que su seguro no le devolverá el dinero, decide que el cerrajero mexicano Daniel (Michael Peña) tuvo algo que ver con eso, coge su arma y va a la casa de Daniel para matarlo. En medio de la discusión, la pequeña hija de Daniel sale cuando el dueño de la tienda dispara y parece que le dio a la niña, pero milagrosamente sale ilesa; más tarde, resulta que la hija del dueño de la tienda, Durri (Bahar Soomekh) había vaciado las balas el arma, porque sabía lo volátil que era su padre.

Peter y Hanson viajan juntos, surge un malentendido provocado por la raza y termina con Hanson disparando accidentalmente a Peter en el pecho; asustado, Hanson tira el cuerpo de Peter fuera de su coche, y le prende fuego, abandonándolo. Más tarde, Cameron pasa por ese área, camina, y llama a su esposa Christine, haciendo las paces con ella después de que se habían separado desde el incidente de acoso.

Anthony recoge el vehículo del tipo coreano que había atropellado accidentalmente antes y, cuando intenta que se venda, descubre que la parte trasera estaba llena de inmigrantes ilegales orientales. El tipo coreano era obviamente un traficante de personas; su esposa llega a la sala de emergencias del hospital buscándolo, y él le ordena que cobre inmediatamente un cheque que recibió. Anthony libera a los ilegales en el centro de Chinatown y, al mismo tiempo, cuando termina la película, vemos a la trabajadora social Shaneequa (Loretta Devine) discutiendo con alguien que acaba de subirse en la parte trasera de su coche.