Isabelle es una joven, ambiciosa y talentosa ejecutiva que trabaja en la oficina de París de una empresa estadounidense. Su jefa inmediata es Christine, igualmente ambiciosa, que presenta el trabajo de Isabelle como propio para conseguir un ascenso a la oficina de la empresa en Nueva York. Cansada de ser eclipsada, y con la ayuda de un colega comprensivo, Daniel, Isabelle sorprende a Christine con un proyecto secreto que la oficina de Nueva York aprueba con entusiasmo. A continuación, le retiran a Christine su promoción en Nueva York. Enfurecida por lo que considera un acto de deslealtad, Christine comienza a atormentar psicológicamente a Isabelle. El amante de Christine, Philippe, trabaja en la empresa y es sospechoso de malversación de fondos. Utilizando esta información en su contra, chantajea a Philippe para que deje plantada a Isabelle, con la que tiene una aventura, dejándola inconsolable. Isabelle es entonces humillada en una fiesta del personal en la que las imágenes de las cámaras de seguridad de su derrumbe son presentadas a sus colegas.

Mientras se relaja en su casa después de organizar otra velada, Christine es apuñalada hasta la muerte por Isabelle, que coloca pruebas en su casa que la implican como asesina. Con la policía persiguiendo el motivo obvio de que se estaba vengando de sus diversas humillaciones a manos de Christine, Isabelle es detenida y, a pesar de dar todas las señales de estar en un ataque de nervios, confiesa y luego es acusada de su asesinato. A la espera de la sentencia en la cárcel, Isabelle se retracta de su confesión, alegando que fue hecha bajo coacción y mientras estaba muy medicada. Comienza a descifrar las pruebas circunstanciales que la implican: los arañazos en su brazo, que se cree que son heridas de cuchillo, se deben a un accidente de jardinería, los testigos declaran haberla visto en un cine en el momento del asesinato y un cuchillo de cocina que se cree que es el arma del crimen se encuentra en realidad en el cobertizo de Isabelle. La última prueba es una tira rasgada de una bufanda encontrada en la escena del crimen, un artículo que originalmente fue regalado a Isabelle por Christine. Cuando Isabelle consigue presentar una bufanda idéntica, completamente intacta, en su casa, es absuelta de los cargos y liberada de la cárcel.

Gracias a una pista proporcionada por la propia Isabelle, la policía se entera del desfalco de Philippe, y en un registro de su propiedad se localiza la parte restante de la bufanda en su vehículo, colocada allí por Isabelle como parte de un elaborado esfuerzo para inculparle. Es detenido y acusado. Isabelle, ahora libre de sus dos enemigos, regresa triunfante a su empresa. Su leal colaborador Daniel revela entonces que estaba al tanto de su juego todo el tiempo. Los espectadores se preguntan qué precio tendrá él por su silencio, o si ella lo silenciará primero.