En 1972, el periodista Geraldo Rivera emitió una condenatoria exposición sobre el trato inhumano de los enfermos mentales y las deplorables condiciones de la Escuela Estatal de Willowbrook en Staten Island, Nueva York. Diez años más tarde, Willowbrook finalmente cerró, junto con la adyacente sala de tuberculosis del Hospital Sea View. Los edificios se cayeron a pedazos, los antiguos pacientes todavía vagaban por la zona, y los niños de la localidad inventaron historias de un misterioso hombre del saco que robaba niños llamado "Cropsey".

En julio de 1987, Jennifer Schweiger, una niña de 12 años con síndrome de Down, desapareció. Su desaparición provocó una búsqueda masiva organizada, así como la preocupación de los padres de Staten Island cuando desaparecieron más niños.

El vagabundo local Andre Rand, que antes era celador de la Escuela Estatal de Willowbrook, seguía acampado en la zona de Willowbrook y se convirtió en el principal sospechoso de la desaparición de Jennifer. La inusual apariencia física de Rand, acentuada por el babeo y la aparente inestabilidad mental, llevó a muchos a presumir inmediatamente que era culpable. Se manifestaron varias teorías sobre la posible implicación de Rand, aunque las únicas pruebas y testimonios contra él eran circunstanciales y cuestionables. El cuerpo de Jennifer se encontró finalmente cerca de uno de los antiguos campamentos de Rand después de su arresto, a pesar de que una búsqueda previa en la misma zona no arrojó nada. Rand fue finalmente condenado por el secuestro de Jennifer y fue enviado a prisión.

En 2004, Rand fue acusado de secuestro en la desaparición de Holly Ann Hughes en 1981. A diferencia de Jennifer, el cuerpo de Holly nunca fue encontrado, pero las similitudes entre los dos casos llevaron a muchos a sospechar de Rand una vez más. En el curso de la investigación, las acusaciones de abuso de rituales satánicos, necrofilia y otros presuntos crímenes colorearon varias teorías sobre Rand y los niños desaparecidos. Al final, Rand fue condenado por secuestro una vez más, a pesar de la falta de pruebas físicas.