Final de Cuentos de la luna pálida
(1953)
Final de Cuentos de la luna pálida (1953)
Título original: 雨月物語
Sinopsis
En el Japón del siglo XVI, los campesinos Genjuro y Tobei venden sus vasijas de barro a un grupo de soldados en un pueblo cercano, desafiando la advertencia de un sabio local contra la búsqueda de ganancias en la guerra. La búsqueda de riquezas de Genjuro y de la misteriosa Lady Wakasa, así como el deseo de Tobei de convertirse en samurái, corren el riesgo de destruirlos a ellos mismos y a sus esposas, Miyagi y Ohama.
Kenji Mizoguchi
Director
Fumio Hayasaka
Compositor
Kazuo Miyagawa
Fotógrafo
Masaichi Nagata
Productor
Reparto principal

Machiko Kyō

Mitsuko Mito

Kinuyo Tanaka

Masayuki Mori

Eitarō Ozawa

Sugisaku Aoyama
Como acaba Cuentos de la luna pálida
En la aldea agrícola Nakanogō, a orillas del lago Biwa, en la provincia de Ōmi, en el periodo Sengoku, Genjūrō, un alfarero, lleva sus productos a la cercana Ōmizo. Le acompaña su cuñado Tōbei, que sueña con convertirse en samurái. Un respetado sabio le dice a la esposa de Genjūrō Miyagi que le advierta sobre la búsqueda de beneficios en tiempos de agitación, y que se prepare para un ataque a la aldea. Al regresar con ganancias, Miyagi le pide que se detenga, pero Genjūrō, no obstante, trabaja para terminar su alfarería. Esa noche, el ejército de Shibata Katsuie arrasa Nakanogō, desarraigando a Genjūrō, Tōbei y sus esposas; Genjūrō decide llevar sus vasijas a otro mercado. Mientras las parejas viajan por el lago Biwa, un barco aparece entre la espesa niebla. El único pasajero les dice que fue atacado por piratas, les advierte y muere. Los hombres deciden devolver a sus esposas a la orilla, pero la esposa de Tōbei, Ohama, se niega a ir. Miyagi le ruega a Genjūrō que no la deje, pero se queda en la orilla con su pequeño hijo Genichi agarrado a la espalda. En el mercado, la cerámica de Genjūrō se vende bien. Tras llevarse su parte de los beneficios, Tōbei compra una armadura de samurái y se cuela en un clan de samuráis. Perdida de sus compañeros, Ohama vaga más allá de Nagahama en busca de Tōbei y es violada por los soldados.
La noble dama Wakasa y su sirvienta visitan a Genjurō, encargándole varias piezas de cerámica y diciéndole que las lleve a la mansión Kutsuki. Allí, Genjūrō se entera de que los soldados de Nobunaga atacaron la mansión y mataron a todos los que vivían allí, excepto a Wakasa y su sirvienta. También se entera de que el padre de Wakasa persigue la mansión. Genjūrō es seducido por Lady Wakasa y ella lo convence de casarse con ella. Mientras tanto, Nakanogō es atacado. En el bosque, varios soldados buscan desesperadamente a Miyagi en busca de comida. Ella lucha contra ellos y es apuñalada, desplomándose con su hijo agarrado a la espalda.
Tōbei presenta la cabeza cortada de un general que robó al comandante del vencedor, recibiendo una armadura, una montura y un séquito. Más tarde, Tōbei cabalga en el mercado con su nuevo caballo, deseoso de volver a casa para mostrárselo a su esposa. Sin embargo, visita un burdel y la encuentra trabajando allí como prostituta. Tōbei promete comprar de nuevo su honor.
Genjūrō se encuentra con un sacerdote que le dice que vuelva con sus seres queridos o acepte la muerte. Cuando Genjūrō menciona a Wakasa, el sacerdote le revela que está muerta y debe ser exorcizada e invita a Genjūrō a su casa, pintando símbolos budistas en su cuerpo. Genjūrō regresa a la mansión Kutsuki. Admite que está casado, que tiene un hijo y que desea volver a su casa. Wakasa se niega a dejarle marchar. Ella y su sirviente admiten que son espíritus, devueltos a este mundo para que Wakasa, asesinada antes de conocer el amor, pueda experimentarlo. Le dicen que lave los símbolos. Genjūrō coge una espada, se lanza fuera de la mansión y se desmaya. Al día siguiente, le despiertan unos soldados que le acusan de haber robado la espada, pero él lo niega, diciendo que es de la mansión Kutsuki. Los soldados se ríen de él, diciendo que la mansión Kutsuki fue quemada hace más de un mes. Genjūrō se levanta y encuentra que la mansión no es más que un montón de madera quemada. Los soldados le confiscan el dinero, pero como el ejército de Shibata quemó la prisión, lo dejan entre los escombros. Regresa a su casa a pie, buscando a su esposa.
Miyagi, encantado de verle, no le deja contar su terrible error. Genjūrō sostiene a su hijo dormido en sus brazos, y finalmente se queda dormido. A la mañana siguiente, Genjūrō se despierta y el jefe de la aldea llama a su puerta. Se sorprende al ver a Genjūrō en casa y dice que ha estado cuidando al hijo de Genjūrō. Genjūrō llama a Miyagi; el vecino le pregunta si Genjūrō está soñando ya que Miyagi fue asesinada tras ser apuñalada. A la mañana siguiente, como Tōbei compró el honor de Ohama, regresan a Nakanogō. Tōbei reflexiona sobre sus errores, resolviendo ambos trabajar duro de ahora en adelante. Genjūrō sigue cuidando a Genichi y trabajando en su alfarería. Ohama le da a Genichi un plato de comida, que éste toma y pone en la tumba de su madre.