Slimane Beiji (Habib Boufares) es el cabeza de una familia franco-árabe divorciada que vive en Sete. Mientras se ve obligado a dejar su trabajo en el astillero local, interactúa en una serie de extensas viñetas con varios miembros de su extensa familia, incluyendo a su ex mujer, sus hijos e hijas, los maridos y mujeres de éstos y sus nietos. Decidido a dejar un legado a su querida familia, y animado por Rym, la hija de su pareja de toda la vida (Hafsia Herzi), persigue su sueño de convertir un barco en ruinas en un restaurante familiar especializado en el cuscús de pescado de su ex mujer, una comida que ella prepara para toda la familia cada domingo.

Con la entusiasta ayuda de Rym, Slimane solicita las licencias y los préstamos pertinentes, pero pronto se encuentra con una gran cantidad de trámites burocráticos. Impertérrito, Slimane recluta a sus hijos para que le ayuden en la renovación y organiza una gala de inauguración con una gran cena, a la que invita a los numerosos burócratas de cuya decisión depende el destino del proyecto, en un intento de demostrar la viabilidad de la empresa. En la noche en cuestión la asistencia es elevada, aunque destaca por su ausencia su pareja de toda la vida, Latifa. Insultada y amenazada por la implicación en el proyecto de la ex mujer de Slimane, cocinero del restaurante y creador del fundamental cuscús de pescado, Latifa se niega a salir de su hotel. Rym le ruega que asista, animándola a que aproveche la ocasión para hacer alarde de su juventud y belleza comparativas frente a la ex mujer de Slimane, y finalmente cede.

Tras preparar el cuscús, el pescado, las verduras y la salsa en grandes calderos de metal, la ex mujer de Slimane envía la comida al barco con sus hijos y sale de su apartamento para buscar a un "pobre" y poder donar un plato de comida que habitualmente reserva para los menos afortunados. En el restaurante, los hijos descargan los calderos de metal y las mujeres sirven vino y aperitivos a los invitados que esperan. Los comensales, que conversan entre sí, comienzan a hablar tanto de forma positiva como de forma angustiosa sobre el posible éxito del restaurante, ahora preocupados por la posibilidad de que pueda atraer a los clientes de los otros restaurantes de la zona. El hijo de Slimane, Majid, mientras observa a la multitud, se fija en la mujer de un burócrata con la que ha tenido varias relaciones sexuales ilícitas y decide marcharse discretamente. Encarga a su hermano que diga al resto de la familia que ha ido a ayudar a un amigo que se ha averiado en la carretera. Las mujeres empiezan a calentar la comida cuando notan la ausencia del cuscús. El pánico aumenta cuando descubren que está definitivamente ausente y que Majid, que ha cogido el coche que aún guarda el caldero metálico en el maletero, no contesta al teléfono. Sabiendo que tardarán al menos otra hora en cocinar una nueva tanda, siguen llamando frenéticamente a Majid e intentan llamar a Souad, que está fuera buscando a un desafortunado que necesita un plato de cuscús. Slimane sale con su moto hacia el edificio de Souad para encontrarla.

En el comedor, los comensales, a pesar de los intentos de las mujeres por apaciguarlos con garantías y licor de dátiles, se muestran muy inquietos. Sus comentarios se vuelven desagradables y se ensañan con las camareras. Al no encontrar a su ex mujer, Slimane sale del edificio y descubre que le han robado la moto. Los culpables, tres chicos jóvenes, se sientan encima de la moto robada al otro lado del río, burlándose de él. Él corre tras ellos, pero cada vez que se detienen a burlarse de él, siguen adelante antes de que pueda alcanzarlos.

La tensión en el comedor llega a un punto álgido y Rym decide intervenir. Susurra a los músicos y, de repente, la música se detiene y las luces se apagan. Cuando se vuelven a encender, Rym se presenta ante los comensales con un traje rojo de danza del vientre. Los músicos tocan para ella y ella entra a los invitados con una actuación ferviente, cargada de energía juvenil y sexual. Latifa aprovecha la ocasión para bajar del barco y volver al hotel para preparar una nueva olla de cuscús.

Mientras Rym baila y suda, su madre sube a la pasarela con un nuevo caldero de cuscús, mientras Slimane sigue persiguiendo a los jóvenes por el edificio de apartamentos. Finalmente, se pone de rodillas, antes de desplomarse en el suelo, inmóvil.