Final de A medianoche me llevaré tu alma

(1964)
Final de A medianoche me llevaré tu alma

Título original: À Meia Noite Levarei Sua Alma

09/11/1964 (ES)Terror84 min
Dónde ver la película A medianoche me llevaré tu alma online

Sinopsis

Un siniestro enterrador que se hace llamar Zé do Caixao quiere encontrar a la mujer perfecta para que su estirpe se prolongue. Para ello va secuestrando, aterrorizando y torturando a diversas mujeres.

José Mojica Marins

Director

Giorgio Attili

Fotógrafo

Ilídio Martins Simões

Productor

Reparto principal

José Mojica Marins

José Mojica Marins

Magda Mei

Magda Mei

Nivaldo Lima

Nivaldo Lima

Valéria Vasquez

Valéria Vasquez

Ilídio Martins Simões

Ilídio Martins Simões

Eucaris Moraes

Eucaris Moraes

Como acaba A medianoche me llevaré tu alma

La película está ambientada en una pequeña ciudad brasileña sin nombre. Zé do Caixão, el enterrador local que desdeña la religión y las emociones y que cree que lo único que importa es la "continuidad de la sangre" (concretamente la suya), busca a la "mujer perfecta" para que le dé un hijo superior que sea inmortal. Como se ha descubierto que su esposa Lenita no puede tener hijos, Zé empieza a insinuarse a Terezinha, la prometida de Antonio, amigo de Zé. Terezinha lo regaña diciéndole que Antonio es el único hombre de su vida. Durante unas vacaciones católicas, Zé, descontento por su infertilidad, mata a su mujer Lenita atándola y haciendo que la pique una araña venenosa. Las autoridades locales no encuentran ninguna pista para detenerlo y queda libre para hacer lo que quiera.

Unos días después, Zé es invitado por Antonio a visitar a una gitana local que le dirá la buenaventura del matrimonio de Antonio con Terezinha. La gitana le revela, sin embargo, que va a ocurrir un trágico desastre y que los dos nunca se casarán. Zé, en respuesta, la llama farsante y afirma que lo sobrenatural es un engaño. Ella le advierte que no se burle de las fuerzas sobrenaturales, no sea que se lo hagan pagar. Esa noche, Zé y Antonio van a casa de Antonio, donde Antonio le dice a Zé que realmente no creyó las palabras de la bruja y que espera casarse con Terezinha y tener una vida feliz juntos. Cumpliendo la profecía de la bruja, Zé apalea y luego estrangula y ahoga a Antonio en una bañera.

Una vez más, la policía no encuentra pruebas que impliquen directamente a Zé en el crimen. Zé continúa con su plan de seducir a Terezinha comprándole un canario, que ella acepta. De repente, empieza a tocarla contra su voluntad. Terezinha intenta resistirse y Zé la golpea salvajemente hasta dejarla indefensa y violarla. Por fin capaz de hablar, Terezinha le maldice por su brutalidad, diciendo que se suicidará y volverá para llevarse su alma al infierno. Zé se ríe de ella, pero al día siguiente la encuentra ahorcada en su casa. Para su sorpresa, ella no le culpa en su nota de suicidio. Mientras tanto, el doctor Rodolfo del pueblo empieza a sospechar de Zé por el reciente brote de muertes violentas que se ha producido. Cuando Zé se da cuenta de las sospechas del doctor, se presenta en casa del Dr. Rodolfo, le arranca los ojos con sus largas uñas y le prende fuego.

El tiempo pasa y Zé sigue impune por sus crímenes. El Día de los Muertos conoce a Marta, una joven que visita a sus parientes, y decide elegirla como su mujer perfecta. Zé acompaña a Marta a su casa a altas horas de la noche, donde se encuentra con la gitana que predijo la muerte de Antonio y Terezinha. Ella le dice a Zé que su alma será reclamada por los fantasmas de aquellos a quienes asesinó y por Satanás a medianoche. Zé amenaza a la gitana, pero después de dejar a Marta en su destino, es visitado por apariciones fantasmales. Zé huye y llega al mausoleo donde están enterrados Antonio y Terezinha. Al límite de su cordura, Zé abre los ataúdes para probarse a sí mismo que sus víctimas están realmente muertas, pero en lugar de eso ve que tienen los ojos abiertos y la cara llena de arañas y gusanos. Poco después, los aldeanos llegan al mausoleo tras oír los gritos de Zé y lo encuentran tendido de espaldas, horriblemente desfigurado y con los ojos desorbitados. En ese mismo momento, las campanas de la iglesia local suenan, anunciando la medianoche.