El 24 de febrero de 2010, la entrenadora del Sea World Orlando, Dawn Brancheau, fue asesinada por Tilikum, una orca con un historial de lesiones a los entrenadores. La película detalla el juicio sobre la muerte de Dawn entre Sea World y OSHA, así como una mirada a la vida de Tilikum y otras orcas en los parques marinos. La película presenta entrevistas con varios ex entrenadores de Sea World, todos los cuales creen que el tratamiento inadecuado de las orcas puede llevar a un comportamiento agresivo que rara vez se ve en la naturaleza.

Tilikum fue capturado frente a las costas de Islandia en 1983, y pasó varios años en Sealand of the Pacific en la Columbia Británica. Tilikum estaba en un recinto que no era lo suficientemente grande para manejarlo, y el personal no estaba debidamente entrenado para manejar orcas. Después de que el parque cerró como resultado de la muerte de un entrenador de Tilikum, la orca fue vendida a Sea World. Una vez allí, era evidente que Tilikum no era capaz de ser utilizado a menudo en las exposiciones, por lo que fue utilizado principalmente como criador. Cuando Tilikum se usaba en exposiciones, a veces se frustraba, lo que le llevaba a atacar e incluso matar a sus entrenadores. En resumen, Tilikum fue responsable de la muerte de tres entrenadores, incluyendo a Dawn Brancheau.

La película también examina la vida de las orcas en otros parques, y cómo las orcas de allí también atacaron y mataron a sus entrenadores. Se afirma que Sea World sólo está interesado en las altas cifras de asistencia y ventas. Como Sea World se negó a hacer declaraciones para la película, no tenemos respuesta. También se demuestra que son indiferentes y engañosos en lo que se refiere al bienestar de las orcas y los entrenadores. En el caso de Dawn Brancheau, afirman que su muerte se debió enteramente a un error del entrenador. Esta es una opinión con la que todos los entrenadores entrevistados están muy en desacuerdo.

En el caso de la corte, OSHA alegó que Sea World mostró desprecio por la seguridad de los entrenadores, mientras que Sea World dijo que no había evidencia que apoyara esa creencia, y que no eran conscientes de que trabajar con orcas en el agua es peligroso para sus empleados.

La película concluye con el juez poniéndose del lado de la OSHA, y ahora los entrenadores no están autorizados a entrar en el agua con orcas durante las actuaciones, pero Sea World apeló la decisión.