Después de mucha crueldad y creciente sospecha, los gemelos atan a la "Madre" (como se le llema en la película) a su cama y exigen saber dónde está su verdadera madre. Comienzan a torturarla poco a poco. Le ponen pegamento en la boca para mantenerla callada. Cuando llega el momento de alimentarla, Elías usa unas tijeras para cortar el pegamento endurecido, y accidentalmente le corta el labio.

Los chicos se dan cuenta de que se ha manchado, y la liberan temporalmente para que pueda limpiarse. Ella aprovecha este momento para escapar, corriendo por la puerta del patio pero tropieza con una trampa. Cae de bruces sobre el cemento, el sonido de sus dientes resonando antes de que la película se vuelva negra. Espera atada una vez más, esta vez en la sala de estar, rodeada de velas y flanqueada por sus hijos.

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Elías le exige que confiese lo que le ha hecho a su madre. Dice que su verdadera madre sabría lo que Lukas estaba haciendo, que está sosteniendo una vela amenazantemente cerca de las cortinas. La madre grita que le seguirá el juego. Finge que Lukas vive y que no murió en un accidente inexplicable. Los gemelos la ignoran, y Elías empuja la mano de Lukas hacia las cortinas, dejando la habitación y a su madre en llamas.

La escena final es de los chicos y su madre reunidos en un campo soleado, mirando directamente a la cámara.