Henry Lloyd Moon (Nicholson) es un forajido de tercera a finales de la década de 1860; un ladrón de bancos convicto, ladrón de caballos y ladrón de ganado. Es condenado a morir en la horca en Longhorn, Texas, para regocijo de los lugareños que se reúnen para presenciar su ejecución. Una ordenanza local dicta que un hombre condenado por cualquier delito que no sea asesinato puede ser liberado, si una dama se casa con él y se responsabiliza de su buena conducta. Conocedoras de la ordenanza, muchas de las mujeres del pueblo escrutan a Moon mientras sube a la horca.

Una anciana se ofrece a casarse con él, pero muere en el acto. Mientras Moon es arrastrado de vuelta a la horca, Julia Tate (Steenburgen) -una testaruda y gentil virgen sureña- acepta casarse con él y hacerse cargo de él. Se casa con Moon con la única intención de utilizarlo como mano de obra en una mina de oro secreta de su propiedad. Poco a poco, la relación se va convirtiendo en una inestable sociedad a medida que él se gana la confianza de ella. La castidad de ella y el deseo de él de consumar el matrimonio se convierten en una fuente de fricción. Aunque pasan la noche juntos en una cueva, a la mañana siguiente ella se arrepiente de su decisión y, enfadada, Moon la ata a la cama y, según parece, la agrede sexualmente. Intenta huir de la ciudad, pero es devuelto por los hombres del sheriff, donde él y Julia arreglan las cosas, dándose cuenta de que se necesitan el uno al otro.

El ayudante del sheriff local (Lloyd) acusa repetidamente a Moon de robarle a "su" chica, aunque no hay pruebas de que Julia haya tenido nunca ningún interés en el ayudante, y fue ella quien ofreció matrimonio a Moon. La antigua banda de Moon complica las cosas cuando llegan a casa de Julia y la introducen en el mundo de las bebidas embriagantes. Descubren que Julia y Moon están extrayendo oro. Moon planea traicionar a Julia y robar el oro, pero un derrumbe en la mina cambia la naturaleza de su relación.