En el año 3000, la Tierra es un páramo desolado. Los Psychlos, una brutal raza de gigantes humanoides alienígenas, han gobernado el planeta durante 1,000 años, utilizando mano de obra humana esclava para extraer sus minerales y otros recursos, con un especial deseo de oro. Algunas tribus primitivas de humanos cazadores-recolectores viven en libertad en áreas remotas y escondidas, pero después de diez siglos de opresión por los Psychlos, han abandonado cualquier esperanza de recuperar el control de su planeta. Jonnie Goodboy Tyler rechaza esta desesperanza universal y abandona su tribu en las Montañas Rocosas en un viaje de exploración. Allí se encuentra con dos cazadores nómadas que intentan quitarle los conejos que recientemente había cazado. Los nómadas cuentan una historia de cómo los dioses se enfurecieron con los hombres por abusar de su poder y convirtieron a algunos humanos en piedra en una ciudad cercana (estas estatuas de piedra son en realidad restos de mascotas de empresas y maniquíes en tiendas). Una partida de ataque Psychlo interrumpe su cena, desencadenando una breve persecución. Uno de los nómadas salta intentando escapar, pero se rompe una pierna y es ejecutado, mientras que Jonnie y Carlo (uno de los nómadas) son capturados y llevados a un campo de esclavos en las ruinas de Denver, Colorado, la principal base de operaciones de los Psychlos. Una enorme cúpula sobre la base protege a los Psychlos de la atmósfera de la Tierra, que es tóxica para ellos.

En el campamento, conocen a Terl, el jefe de seguridad Psychlo, y a su subalterno, Ker. Terl ha sido reasignado a este remoto puesto en la Tierra indefinidamente después de incidentes no explicados relacionados con "la hija del senador". Planea sobornar para volver al planeta natal de los Psychlos minando ilegalmente oro en áreas de alta radiactividad. Los Psychlos evitan estas áreas porque la radiación reacciona de forma explosiva con la mezcla de gases que respiran. Terl observa que Jonnie es un humano ingenioso (tras numerosos intentos de escape y un carácter rebelde) y lo elige para liderar la operación minera. Jonnie adquiere un conocimiento completo de la historia humana, la literatura y aprende el idioma de los Psychlos en una máquina de aprendizaje rápido de los Psychlos, narrada por una especie alienígena previamente conquistada. Durante un detalle de trabajo, él y otros esclavos graban en video a Terl y Ker discutiendo el plan de extracción de oro, luego intentan tomar a Terl y Ker como prisioneros con armas robadas (aunque están descargadas), diciéndoles que se rindan y les procuren una lanzadera en el idioma Psychlo. Sin embargo, Terl rápidamente los desarma. Sintiendo la desobediencia en Jonnie, Terl lo lleva a la Biblioteca del Congreso y le permite leer tantos textos como desee antes de relatarle la historia de que cuando los Psychlos atacaron el planeta a principios del siglo XXI, derrotaron todas las máquinas y armas avanzadas de la humanidad en solo nueve minutos. Jonnie pasa tiempo en la biblioteca y se siente particularmente inspirado por la Declaración de Independencia antes de ser devuelto abruptamente al campo de esclavos en Denver.

Terl da a Jonnie un grupo de esclavos y una lanzadera voladora Psychlo y le ordena buscar oro. Durante una demostración de su habilidad con el tiro (disparando las piernas a vacas en un campo abierto), Terl amenaza a Jonnie diciendo que la fuga es imposible para él y los otros esclavos. Sin embargo, otro grupo de nómadas embosca a Terl, desarmando al alien. Jonnie toma el arma del Psychlo y apunta a Terl, permitiendo que los otros nómadas escapen y luego devuelve el arma a Terl, diciéndole que seguramente él es lo suficientemente inteligente como para desarmarlo antes de que él pueda disparar. Durante la extracción de una veta de oro, el grupo nómada de antes se une al grupo de Jonnie en un esfuerzo coordinado para eliminar a los Psychlos del planeta. Usando mapas de la Biblioteca del Congreso, Jonnie localiza una abundante provisión en el abandonado Fort Knox. También descubre una base militar subterránea abandonada con Harriers operativos, armas (incluyendo armas nucleares) y combustible. Terl recibe la primera entrega de oro, curioso sobre por qué está en barras, a lo que Jonnie responde cuidadosamente que el mineral en bruto sería inadecuado para un Psychlo de alto rango como Terl. Luego Terl exige el resto del oro más rápidamente. Se ve a Terl escondiendo las barras de oro en ataúdes con la intención de acapararlas para pagar su salida del planeta y vivir cómodamente en otro lugar. Mientras se supone que deben trabajar en las minas (siendo vigilados por drones diarios), Jonnie y sus seguidores planean una revolución, entrenándose en combate aéreo usando los simuladores de vuelo de la base militar y desmontando una bomba nuclear para convertirla en un paquete más pequeño (es decir, bomba sucia) para apuntar al planeta natal de los Psychlos.

Después de una semana de entrenamiento, los rebeldes lanzan su ataque, utilizando los Harrier para enfrentarse a las naves de los Psychlos en combate aéreo. En una misión suicida, Carlo vuela su lanzadera Psychlo hacia la cúpula de Denver, destruyéndola y asfixiando a los Psychlos en su interior. Jonnie captura un dispositivo de teletransporte y lo utiliza para teletransportar una bomba sucia al planeta natal de los Psychlos. Cuando esta detona, la radiación que libera reacciona de forma catastrófica con la atmósfera de los Psychlos, destruyendo toda vida en el planeta. Los humanos han retomado la Tierra pero enfrentan un futuro incierto. Los últimos supervivientes Psychlo son Terl, que está encerrado en Fort Knox, en una celda improvisada rodeada de barras de oro, como moneda de cambio en caso de un contraataque de Psychlos que viven fuera de su planeta natal o de otros mundos conquistados, y Ker, que se une a los humanos victoriosos en su desafiante proyecto de reconstruir su civilización.