Final de Celine y Julie van en barco
(1974)Final de Celine y Julie van en barco (1974)
Título original: Céline et Julie vont en bateau
Sinopsis
Muy cerca de la tradición de los cuentos infantiles, la película narra las relaciones entre la bibliotecaria Julie y Céline, y cómo ésta introduce a la primera en una historia, entre la realidad y la fantasía, que se desarrolla en una gran mansión aislada donde vive un viudo, su hija de 8 años y dos mujeres.
Jacques Rivette
Director
Marie-France Pisier
Escritor
Barbet Schroeder
Productor
Reparto principal
Juliet Berto
Dominique Labourier
Bulle Ogier
Marie-France Pisier
Barbet Schroeder
Nathalie Asnar
Como acaba Celine y Julie van en barco
La película comienza con Julie sentada en un banco del parque leyendo un libro de hechizos mágicos cuando pasa una mujer (Céline) y empieza a dejar caer (al estilo del Conejo Blanco de Lewis Carroll) varias posesiones. Julie empieza a recogerlas e intenta seguir a Céline por París, a veces a gran velocidad (por ejemplo, sube corriendo Montmartre para seguir el ritmo del tranvía de Céline). Después de vivir aventuras siguiendo a Céline por las calles parisinas -en un momento dado parece que han tomado caminos separados para no volver a encontrarse-, Céline decide finalmente irse a vivir con Julie. Céline se hace pasar por Julie para conocer a su novia de la infancia, y Julie intenta sustituir a Céline en una audición de cabaret.
La segunda mitad de la película se centra en las visitas individuales del dúo al 7 bis, rue du Nadir-aux-Pommes, la dirección de una mansión en un tranquilo terreno amurallado de París. Aunque aparentemente vacía y cerrada en el presente, la casa es, sin embargo, el lugar que Céline se da cuenta de que conoce como el lugar donde trabaja como niñera para una familia: dos hermanas celosas, un viudo y un niño enfermo. Pronto surge un patrón repetitivo: Céline o Julie entran en la casa, desaparecen durante un tiempo y, de repente, unas manos invisibles las devuelven al París actual ese mismo día. En cada ocasión, Céline o Julie están exhaustas y han olvidado todo lo ocurrido durante su estancia en la casa. Sin embargo, cada vez que regresan en taxi, las mujeres descubren un caramelo misteriosamente alojado en su boca. Parece ser importante, así que cada una se asegura de guardar cuidadosamente el caramelo. En un momento dado, se dan cuenta de que el caramelo es una llave a otro lugar y otro tiempo; chupar el caramelo las transporta de vuelta a la realidad alternativa de la casa (en este caso una doble referencia tanto a Lewis Carroll como a la magdalena de Marcel Proust) de los acontecimientos del día.
El resto de la película consiste en que las dos mujeres intentan resolver el misterio central de la casa: en medio de las celosas confabulaciones de las mujeres de la casa por las atenciones del viudo, un niño pequeño es misteriosamente asesinado. Pero esta narración se repite como una obra de teatro, con frases exactas que pronto aprenden lo bastante bien como para empezar a bromear sobre ellas. Cada vez que repiten lo de comer el caramelo, recuerdan más de los acontecimientos del día. Como si estuvieran leyendo su novela favorita o volviendo a ver una película que les encanta, descubren que pueden entrar en la propia narración y memorizar cada giro. Lejos de ser las espectadoras/lectoras pasivas que eran al principio -y la mayoría de los espectadores de cine siempre lo son-, las mujeres se dan cuenta de que pueden apoderarse de la historia y cambiarla a su antojo.
Ahora, mientras la trama sigue desarrollándose como un reloj, las mujeres comienzan a tomar el control, haciéndola "interactiva" al añadir alteraciones a sus diálogos e insertar diferentes acciones en los acontecimientos que se desarrollan en la casa. Finalmente, en un verdadero acto de autoría, cambian el final y rescatan a la joven asesinada. Ambas realidades se unen cuando, tras rescatar a la chica de la Casa de la Ficción, las dos no sólo se descubren transportadas de vuelta al apartamento de Julie, sino que esta vez no se trata de otro "sueño despierto", ya que la joven, Madlyn, se ha unido a ellas, sana y salva en el París de los años setenta.
Para relajarse, Céline, Julie y Madlyn toman un bote de remos en un plácido río, remando y deslizándose felizmente. Pero algo no va bien. Se quedan en silencio al ver que otra barca se acerca rápidamente y las adelanta por el agua. En esa barca vemos a los tres protagonistas de la casa-de-otro-tiempo: esa realidad alternativa les ha seguido de vuelta a su mundo. Pero Céline, Julie y Madlyn las ven como el antiguo atrezo que son, congeladas en su sitio.
La película termina cuando vemos a Céline, medio dormida en un banco del parque, que ve a Julie pasar a toda prisa junto a ella, y que, a su manera de conejo blanco, deja caer su libro mágico. Lo recoge, llama y corre detrás de Julie.