Final de El día de los tramposos
(1970)Final de El día de los tramposos (1970)
"Érase una vez, que había un hombre torcido. Cuando él era bueno, era muy, muy bueno. Y cuando estaba mal, era un asesino..."
Título original: There Was a Crooked Man...
Sinopsis
Año 1883. Un grupo de condenados ingresa en la prisión federal de Arizona. Entre ellos está Paris Pitman (Kirk Douglas), un hombre que ha enterrado un botín de medio millón de dólares en el desierto y vive con la obsesión de fugarse para recuperarlos. Con este fin trata de convencer a varios presos para que lo secunden y, al mismo tiempo, intenta ganarse la confianza del nuevo alcaide (Henry Fonda).
Joseph L. Mankiewicz
Director
David Newman
Escritor
Harry Stradling Jr.
Fotógrafo
Joseph L. Mankiewicz
Productor
Reparto principal
Kirk Douglas
Henry Fonda
Hume Cronyn
Warren Oates
Burgess Meredith
John Randolph
Como acaba El día de los tramposos
En 1883, Paris Pitman, Jr. y su cuadrilla entran en la casa del acaudalado ranchero Mr. Lomax, y le roban los 500.000 dólares que Lomax guarda en una caja fuerte disfrazada de mesa. Durante el tiroteo entre la banda y la familia Lomax, Pitman mata a varios de sus hombres y huye. Ahora es el único miembro de la tripulación que sobrevive y esconde el botín en un nido de serpientes de cascabel en el desierto. Una noche, Lomax, arruinado y abatido, acude a un burdel del que es cliente habitual. Apiadándose de él, la madame le permite subir a mirar por la mirilla para ver cómo dos de sus chicas entretienen a un cliente: Pitman. Pitman es declarado culpable y condenado a 10 años en una penitenciaría del territorio de Arizona.
Los compañeros de celda de Pitman son: dos estafadores que intentaron desplumar a unos feligreses; un joven que mató sin querer al padre de su novia con una bola de billar; un pistolero torpe pero endurecido que disparó borracho a un sheriff en la pierna; un inmigrante mudo de China, con fama de maníaco homicida; y el legendario ladrón de trenes The Missouri Kid. El corrupto alcaide, LeGoff, está dispuesto a dejar que Pitman se fugue a cambio de un reparto equitativo del botín. Pitman acepta, pero el plan se tuerce cuando LeGoff es asesinado durante un levantamiento de los reclusos.
Woodward Lopeman (el sheriff al que el pistolero disparó, lo que acabó costándole el puesto) se convierte en el nuevo alcaide. Reformista, suprime los trabajos forzados, restringe los castigos crueles y enseña a los presos a respetarse a sí mismos. Reconociendo sus cualidades de liderazgo, Lopeman hace que Pitman supervise la construcción de un comedor. Mientras tanto, Pitman engatusa a sus compañeros para que se fuguen prometiendo a cada uno una parte del botín escondido. El día de la visita del gobernador, Pitman hace su jugada y provoca un motín para encubrir su fuga. Tres reclusos mueren en la refriega, y el propio Pitman se deshace de otros dos compañeros.
Pitman se dirige a por el botín, con Lopeman persiguiéndole. Mientras recupera las bolsas de dinero, Pitman es mordido por una serpiente de cascabel. Cuando Lopeman lo alcanza, Pitman ya está muerto. Lopeman recoge el dinero y el cuerpo de Pitman y regresa a la prisión. Sin embargo, al llegar, decide abruptamente dejar el cuerpo y se va al galope, huyendo a México con el dinero.