Final de El honor de los Prizzi explicado
Charley Partanna es un sicario para una familia mafiosa de Nueva York encabezada por el anciano Don Corrado Prizzi, cuyo negocio generalmente es manejado por sus hijos Dominic y Eduardo y por su mano derecha de toda la vida, Angelo, quien es el padre de Charley.
En una boda familiar, Charley se siente rápidamente atraído por una hermosa mujer que no reconoce. Pregunta a Maerose Prizzi, hija desfavorecida de Dominic, si reconoce a la mujer, sin darse cuenta de que Maerose todavía tiene sentimientos por Charley, habiendo sido una vez su amante. Maerose está en desgracia con su padre por haberse escapado con otro hombre antes de terminar su romance con Charley.
Charley vuela a California para llevar a cabo un contrato para matar a un hombre llamado Marxie Heller por robar un casino en Nevada. Se sorprende al descubrir que Marxie es el esposo separado de Irene, la mujer de la boda. Ella devuelve parte del dinero que Marxie robó, ya que Charley ingenuamente (o deliberadamente) cree que Irene no estuvo involucrada en la estafa del casino. Para este momento, se han enamorado y eventualmente viajan a México para casarse. Una celosa Maerose viaja al oeste por su cuenta para establecer de hecho que Irene ha traicionado a la organización. La información restaura a Maerose en cierta medida a los buenos gracios de su padre y el don. El padre de Charley revela más tarde que Irene (quien había afirmado ser una consultora fiscal) es una “contratista” que, al igual que Charley, realiza asesinatos para la mafia.
Traiciones y consecuencias
Dominic, actuando por su cuenta, quiere que Charley desaparezca y contrata a alguien para hacer el trabajo, sin saber que acaba de darle el trabajo a la propia esposa de Charley. Angelo se pone del lado de su hijo, y Eduardo está tan horrorizado por las acciones de su hermano que ayuda a organizar la eliminación permanente de Dominic de la familia.
Irene y Charley se unen en un secuestro que enriquecerá a la familia, pero ella dispara a la esposa de un capitán de policía en el proceso, poniendo en peligro la relación comercial de la organización con la policía. El don también sigue exigiendo una gran suma de dinero de Irene por sus actividades no autorizadas en Nevada, que ella no quiere pagar. Con el tiempo, el don le dice a Charley que su esposa “tiene que irse”.
El desenlace inevitable
Los asuntos llegan a un punto crítico en California cuando, actuando como si todo estuviera bien, Charley regresa a casa con su esposa. Cada uno saca un arma simultáneamente en el dormitorio. Irene termina muerta, y Charley regresa a Nueva York, extrañándola, pero consolado por Maerose.