Sin una educación superior, Manuel ha ascendido en la política local hasta el punto de que podría ser el próximo líder del consejo regional. A medida que España ha estado desarrollándose rápidamente, atrayendo inversores extranjeros y fondos sustanciales de la Unión Europea, los políticos locales se han enriquecido sistemáticamente, algunos comprando yates ostentosos mientras otros esconden su dinero en Andorra. Los jefes del partido en Madrid deciden que la corrupción en la región debe ser erradicada antes de que el partido sea desacreditado a nivel nacional.

Escándalo político

Estalla un escándalo sobre la rezonificación de tierras en una de las provincias, lo que potencialmente amenaza con exponer el corrupto liderazgo del partido en Madrid, por lo que Manuel Vidal es señalado como el chivo expiatorio, una posición con la que se niega a conformarse.

Ajustando sus deseos egoístas de sus deseos infinitos a sus necesidades básicas, Vidal inicia una misión en solitario para evitar la cárcel a cualquier costo; incluso si eso significa vender a todas las personas cercanas a él (tanto geográfica como emocionalmente) para escapar del lazo que le han colocado alrededor del cuello.

"El poder protege al poder" se convierte en el mantra entre los diversos políticos y personas entre los que Vidal rebota frenéticamente; ya que cuando la fachada de la amistad se ha desvanecido, todos buscan salvarse y están dispuestos a jugar sucio para hacerlo.

El desenlace de la película El reino

Después de negarse a desaparecer en el extranjero en silencio, Manuel es arrestado y acusado. En libertad bajo fianza esperando juicio, inicia una campaña personal para exponer a los grandes nombres que aún están libres y promete a Amaia, una destacada periodista de televisión, que le conseguirá pruebas sobre los verdaderos criminales.

Al enterarse de que uno de los cabecillas no está en su villa en Andorra, va allí por la noche y persuade a la hija del hombre para que lo deje entrar, diciendo que tiene que recoger documentos vitales para su padre. Al encontrar cuatro cuadernos escritos a mano que mencionan a todos en el negocio, incluido él mismo, corre de regreso hacia Madrid en la oscuridad.

Perseguido por un vehículo sin luces que sigue sus luces traseras, también apaga sus luces y luego choca, terminando boca abajo en un campo. Cuando el perseguidor va a buscarlo, lo noquea y, cogiendo las llaves del hombre, conduce el coche de su agresor hacia Madrid.

Escena final

En la controvertida escena final de la película, la periodista Amaia lo pone directamente en su programa en directo, con sus cuadernos, pero no tiene intención de acusar a nadie sin pruebas adecuadas o de perjudicar futuros juicios. Como cualquier buen debate, se nos dan las dos versiones y se nos deja reflexionar sobre dónde nos encontramos en el tema.

Amaia, en lugar de explorar sus denuncias, ella lo ataca por ser parte de un engranaje corrupto que ahora intenta salvar su pellejo informando sobre otros. Su cruzada por la verdad colapsa, y por una vez se queda sin palabras.