Paco, el padre de Paula, decide jubilarse y ofrece a su hija y a su yerno, Héctor, un piso que podrían vender para resolver sus problemas financieros, con la condición de que su nieta haga la primera comunión. Durante una tensa reunión, Berta, una psicóloga involucrada en la trama, consume pastillas para lidiar con el estrés.

Surgen revelaciones sobre infidelidades pasadas y relaciones complicadas, especialmente entre Paula, Héctor y Toni. Paula se ve enfrentada a la decisión de aceptar un contrato propuesto por Toni, que implica un dilema financiero entre recibir un pago inmediato o uno mayor en el futuro. Héctor y Toni tienen un enfrentamiento físico y emocional, revelando profundas tensiones y resentimientos.

Berta, a través de sus comentarios y acciones, desempeña un papel crucial en la resolución de la historia, mostrando una mezcla de profesionalismo y vulnerabilidad personal. La tensión alcanza su punto máximo cuando Paula rechaza un cheque de un millón de euros que Toni ofrece a Héctor, eligiendo su dignidad y relaciones personales sobre el dinero.

La historia concluye con la separación de Paula y Héctor, y con Toni reflexionando sobre sus sentimientos por Paula. Berta, afectada emocionalmente, se enfrenta a sus propias inseguridades.

Dos meses más tarde

La comunión de Inés se celebra con gran alegría, marcada por una impresionante tarta de tres niveles en el ahora exitoso bar de Héctor. Toni hace su entrada con un obsequio especial: una pequeña máquina repleta de golosinas. Inés, encantada, comenta jocosamente que espera que no contenga azúcar, ya que de lo contrario su madre podría enfadarse.

Héctor inicia el festejo agradeciendo sinceramente a Toni, mencionando que su ayuda ha sido fundamental para ese momento. Luego, se une a una banda para interpretar la canción "Yo para ser feliz quiero un camión", pero con una divertida variación, sustituyendo "camión" por "millón". Inés se suma a cantar junto a él. En un rincón, Toni y Berta intercambian miradas y sonrisas cómplices, disfrutando del ambiente festivo.

La película culmina con decisiones cruciales sobre el dinero, la ética y las relaciones personales. Se presentan varias opciones, y cada personaje enfrenta sus propias luchas internas y dilemas morales. El final es una mezcla de decisiones prácticas, reconciliaciones y aceptaciones de realidades complejas y a menudo desordenadas.