Michèle Leblanc es violada en su casa por un asaltante con pasamontañas. Después arregla el desaguisado y reanuda su vida. Dirige una exitosa empresa de videojuegos en la que sus empleados masculinos se muestran alternativamente resentidos o encaprichados con ella. Mantiene una relación con Robert, el marido de su amiga y socia Anna, y flirtea con Patrick, su vecino casado. Michèle se siente distanciada de su hijo Vincent, que se somete a su abusiva novia embarazada Josie. Mantiene una relación conflictiva con su madre, Irène, con la que está resentida por su narcisismo y sus relaciones con hombres más jóvenes. Además, es hija de un infame asesino de masas cuya libertad condicional se acerca. Atormentada por las acciones de su padre, Michèle desconfía de las fuerzas del orden y no denuncia su violación a la policía.

Michèle desconfía cada vez más de los hombres de su vida. Recibe mensajes de texto acosadores de su agresor en un número bloqueado, lo que indica que la está acosando. Al principio sospecha de Kurt, un empleado especialmente resentido, cuando envía por correo electrónico a toda la empresa una animación de un monstruo violándola. Rocía con gas pimienta a un hombre que acecha en la puerta de su casa, pero descubre que se trata de su ex marido Richard, que estaba comprobando su seguridad. Más tarde descubre que otro empleado, que se había encaprichado de ella, creó la animación pero no la violó.

En Nochebuena, Irène sufre una apoplejía y ruega a su hija que vaya a ver a su padre antes de morir en el hospital. Más tarde, Michèle es atacada en su casa por el agresor y, tras apuñalarle la mano y desenmascararle, se entera de que es Patrick. Aunque ahora conoce su identidad y se da cuenta de que es capaz de entrar en su casa a pesar de haber cambiado las cerraduras, no llama a la policía ni toma medidas para aumentar la seguridad de su hogar.

Michèle decide visitar a su padre después de que se deniegue su solicitud de libertad condicional, pero descubre que se ha ahorcado horas antes de que ella llegue. De camino a casa, sufre un accidente de coche en una zona aislada. En lugar de llamar a una ambulancia, primero intenta llamar a sus amigos y luego decide llamar a Patrick. Tras rescatarla del coche y vendarla, Michèle entabla con él una relación sexual descaradamente peligrosa. Se enzarza con él en una vívida escena de violación. Los dos se mueven en una delicada línea en la que Patrick tiene que sentirse como si estuviera violando a Michèle, aunque ella consiente el juego de roles.

Michèle está cada vez más desilusionada con su vida antes de la fiesta de presentación del nuevo videojuego de su empresa. Le confiesa a Anna que ha tenido una aventura con Robert. Mientras Patrick la lleva a casa, Michèle le confiesa que ya no niega que su relación no es sana y afirma que tiene intención de llamar a la policía. Después de bajarse del coche, se toma su tiempo para caminar delante del coche aparcado y deja la puerta abierta. Patrick entra y la ataca en un encuentro ambiguo que difumina la línea entre violación y consentimiento, pero Vincent, que ya estaba en la casa, se acerca sigilosamente por detrás de Patrick y le golpea en la nuca. Michèle parece mantener la compostura, pero Patrick parece confuso mientras muere.

Michèle habla brevemente con Rebecca, la mujer de Patrick, mientras se marcha del barrio. Rebecca se muestra plácida y expresa su gratitud a Michèle por haber podido "satisfacer temporalmente las necesidades de Patrick", dando a entender que, en cierto modo, era consciente de que ambos estaban involucrados sexualmente y de que Patrick tenía inclinaciones que ella no podía satisfacer. Vincent se muestra ahora más firme en su relación y en su carrera, mientras que Michèle se reconcilia tanto con Josie como con Anna; esta última se ofrece a vivir con ella ahora que ambas han roto sus relaciones con Robert.