En la fase inicial de la Batalla de las Ardenas en diciembre de 1944, un pequeño escuadrón de inteligencia y reconocimiento del Ejército de EE.UU. (seleccionado por sus altos coeficientes intelectuales) es enviado a ocupar un castillo desierta cerca de las líneas alemanas para recopilar información sobre los movimientos del enemigo. Las pérdidas de una patrulla anterior han reducido el escuadrón a solo seis hombres: el sargento Knott, Miller, Avakian, Shutzer, Wilkins y Mundy. En su camino al castillo, los hombres descubren los cadáveres congelados de un alemán y un estadounidense en un abrazo de pie, aparentemente dispuestos por los alemanes como una broma macabra.

Encuentros inesperados

Al instalarse en su hogar temporal, pronto descubren que no están solos. Un grupo de soldados alemanes ha ocupado una posición cercana. Mientras están de patrulla, Knott, Miller y Shutzer ven a un trío de soldados alemanes apuntando sus armas hacia ellos, pero los alemanes desaparecen sin disparar. Los alemanes, claramente más hábiles y experimentados que los jóvenes GIs, pronto dejan tarjetas de visita, comienzan una pelea de bolas de nieve una noche y ofrecen una tregua navideña. Al principio, los estadounidenses piensan que los alemanes se burlan de ellos, pero finalmente queda claro que los alemanes desean hablar con ellos. El yidis de Shutzer es suficiente para comunicarse con ellos, y se revela que son un pequeño grupo de soldados adolescentes liderados por un oficial de edad avanzada. Habiendo sobrevivido al Frente Oriental y sintiendo que el final de la guerra es inminente, los alemanes dicen que desean rendirse. Sin embargo, piden que los estadounidenses finjan que los alemanes fueron capturados en combate para proteger a sus familias de posibles represalias por su deserción. Los estadounidenses aceptan, pero mantienen el plan en secreto de Wilkins, quien ha estado mentalmente inestable desde que se enteró de la muerte de su hijo en casa.

Confrontación y tragedia

Los dos grupos se encuentran y proceden a disparar sus armas al aire como estaba planeado. Sin embargo, Wilkins escucha los disparos y piensa que el enfrentamiento es real. Al llegar a la escena, Wilkins dispara a los alemanes, quienes, creyendo que han sido engañados, disparan de inmediato. La situación se descontrola de inmediato y el escuadrón de Knott dispara a todos los alemanes, pero Mundy resulta herido de muerte y Shutzer recibe un disparo pero sobrevive. Las últimas palabras de Mundy son suplicar a los demás que no le digan a Wilkins que el enfrentamiento debía ser falso. El oficial superior del escuadrón llega, reprendiéndolos por su conducta, antes de llevar a Shutzer para recibir tratamiento (más tarde reciben noticias de que murió en el hospital). Quedando solos nuevamente, los cuatro soldados restantes reflexionan en silencio mientras intentan celebrar la Navidad y limpian el cuerpo de Mundy en una bañera. Knott hace una apuesta de $100 con el desconsolado Wilkins de que sobrevivirá a la guerra. Pronto, el escuadrón se ve obligado a huir cuando los alemanes atacan la zona con fuerza. Llevando el cadáver de Mundy, los hombres se disfrazan de médicos y escapan de vuelta a las líneas estadounidenses. Al llegar, informan a Knott que Wilkins ha sido recomendado para la Estrella de Bronce y transferido al motor pool, mientras que el resto del escuadrón será enviado al frente para luchar como infantería regular.

Epílogo

Un epílogo en pantalla cuenta que después de la guerra, Avakian se casó, Miller desapareció y Wilkins envió a Knott $10 con una tarjeta de Navidad en blanco cada año durante diez años para pagar a Knott por haber perdido su apuesta.