Con la muerte de su madre, todo en la vida de Amber pierde su significado. La consume la culpa de no haber estado ahí cuando se le necesitaba, y justo cuando pensaba que las cosas no podían empeorar, su perro se enferma. Descubre que su perro ha desarrollado una masa dentro de su cuerpo y si no es operado a tiempo, podría matarlo. En ese momento, Amber decide que tomará turnos extra y aumentará su carga de trabajo si es lo que necesita para conseguir el dinero para el procedimiento. Esto la lleva a perderse la entrevista en el Carnegie. Empieza a trabajar setenta horas a la semana, lo que también significa que tiene que dejar la escuela.

La gente que la rodea no es insensible o inconsciente de su situación. Intentan ayudarla de varias maneras, ofreciéndole ayuda para facilitarle las cosas. Pero Amber siente que tiene que hacerlo todo sola. Todo este tiempo, ha aprendido a asumir la responsabilidad de sí misma y se ha acostumbrado tanto a hacer las cosas por sí misma que nunca pensó que podría aceptar la ayuda de otros. También está procesando su dolor, ya que ha perdido a sus dos padres, y lanzarse a trabajar parece una buena idea para mantenerla distraída. Al hacerlo, no se da cuenta de que está tirando por la borda lo que podría ser un futuro prometedor. Pero los demás a su alrededor sí.

Ty, con la ayuda de otros, organiza el Variety Show en el que ellos y Amber habían estado trabajando. Cada año, las ganancias se destinan a alguna causa noble, y esta vez, los amigos de Amber cambian la causa a su favor. Todas las ganancias del show se destinan a procedimientos para salvar la vida de su perro. Toda la escuela se solidariza con ella y la ayuda a acercarse a los 8.000 dólares necesarios para el trabajo.

Las donaciones llegan a unos 6000 dólares, lo que es una hazaña en sí misma, pero luego una donación anónima sorprende a todos. Alguien dona 200.000 dólares, lo que es suficiente no sólo para el perro de Amber, sino también para asegurar su futuro, para que no tenga que dejar la escuela y trabajar en trabajos ocasionales. Es más tarde cuando Amber se da cuenta de que Joan fue la que le dio el dinero. Todo este tiempo, cuando Amber había intentado arrancarle una sonrisa a través de sus peculiaridades y chistes poco convincentes, no se dio cuenta de que Joan se había encariñado con ella a su manera. Cuando se enteró del problema de Amber, decidió darle el dinero porque la consideraba su propia familia.

Este acto generoso de todos los que la rodean hace que Amber acepte que no debería tener que vivir sola, derrumbándose bajo la presión de la vida por sí misma. Aceptar la ayuda de los demás no la hace débil o indefensa y centrarse en su futuro no significa que tenga que olvidar su pasado. Al final, la vemos lista para la entrevista en el Carnegie. El que ella entre o no, ya no es el punto. El hecho de que esté allí es suficiente para mostrarnos que está lista para enfrentar todos los desafíos y luchas que la vida le lanzará, y siempre tendrá gente que la ayudará y la apoyará en todo momento.