La joven madre de dos hijos Jessica Nash se encuentra en pleno proceso de arreglar el armario de la casa de su difunta madre (que ha heredado) para poder venderla y mudarse. Sin embargo, accidentalmente se queda atrapada. Intenta que su joven hija Lainey la ayude a salir, pero Lainey es incapaz de llevarle la llave. El ex novio de Jessica, Rob, aparece con su amigo Sammy, y Rob la saca de allí. Sin embargo, Jessica está furiosa con Rob por haber llevado a Sammy, un delincuente sexual, a su casa. Sammy manipula a Rob para que vuelva a meter a Jessica en el armario antes de que se vayan.

Jessica consigue engañar a Sammy para que meta la mano por debajo de la puerta del armario, donde le clava la mano en el suelo con un destornillador que Lainey le llevó antes, atrapando a Sammy junto a ella. Le grita a Lainey que se quede arriba con su hermanito Mason, pero Lainey baja. Sammy agarra a Lainey y amenaza con agredirla si Jessica no le libera, pero Jessica le prende fuego a la mano. Esto hace que Sammy suelte a Lainey sin hacerle daño. Aunque Jessica se ve obligada a apagar el fuego para no asfixiarse, la mano de Sammy está gravemente quemada y mutilada, y parece que Sammy está muerto.

Jessica quita el destornillador para poder escapar arrastrándose por el techo hasta el segundo piso. Lleva a Lainey y Mason al coche, pero empieza a llover con fuerza, así que Jessica deja que sus hijos vuelvan a entrar mientras ella consigue abrir la puerta. Sin embargo, Sammy sigue vivo y agarra a los niños. Jessica vuelve a entrar, pero Sammy tiene un cuchillo en la garganta de Mason.

Rob llega con una pistola y dispara a Sammy en la cabeza, y él y Jessica intentan reconciliarse. Sin embargo, Jessica se da cuenta de que Rob siempre antepondrá sus drogas a ella y a sus hijos, así que le pasa tres gramos de metanfetamina. Rob sufre una sobredosis, pero antes de morir intenta obligar a Jessica a drogarse, y ella lo empuja por una ventana hasta morir.

Un tiempo después, Jessica y sus hijos aparecen en la casa, ahora limpios, haciendo y vendiendo su propia mantequilla de manzana (inspirada en la receta de su madre) y mayormente felices.