La película trata de la vida de Hatidze, una campesina turco-macedonia que practica el tradicional y delicado arte de la apicultura silvestre y la recolección de miel; se gana la vida recolectando miel artesanal de su colonia de abejas silvestres, que vende en Skopje, la capital. Vive en una choza remota y primitiva con su madre Nazife, enferma, postrada en cama y ciega, en el campo.

Una familia errante de pastores de vacas, formada por el padre Hussein, su esposa Ljutvie y sus siete revoltosos hijos, se muda a las cercanías. Al principio, todos se llevan bien y Hatidze incluso llega a pasar algún tiempo con los niños (especialmente con el joven adolescente Veli, al que se siente más unida que a los demás). Hussein muestra interés por aprender apicultura, lo que Hatidze le enseña, al tiempo que le regala una parte de su colonia; pero ella le advierte de que "siempre debe guardar la mitad de la miel que produzcan las abejas" (la razón es que las abejas consumen ese sobrante, con lo que se reinicia el ciclo, se mantiene el equilibrio y se evita que se alejen, por hambre, y ataquen potencialmente a otras colonias).

Atraído por un cliente que le ofrece más dinero si consigue más miel, Hussein desoye los consejos de Hatidze, obliga a su colonia de abejas a producir miel en exceso, hace que toda la familia trabaje con él en ello (se ve a muchos de ellos siendo picados repetidamente por las abejas y afectados por ello) y se limita a vender todo el lote, sin guardar nada. Al mismo tiempo, ordena a la familia que rompa el contacto con Hatidze (obviamente porque quería evitar meterse en problemas por lo que estaba haciendo).

La irresponsabilidad de Hussein tiene consecuencias nefastas: sus abejas atacan y diezman la colonia de Hatidze (ella se enfrenta a él por ello, pero tanto él como su familia fingen ignorarlo). Hatidze y Veli se van de excursión; él admite lo que hizo su padre y ambos estrechan lazos por la falta de hijos de Hatidze y la dureza de aquellas tierras.

Hussein y su cliente depredan aún más los árboles locales que albergan el resto de abejas y panales, dejando a Hatidze sin nada, por lo que ella repudia a Hussein. Más tarde, durante el invierno, gran parte de su ganado sucumbe a una misteriosa enfermedad, lo que agrava aún más su situación y obliga a toda la familia y a los animales restantes a marcharse. Hatidze lucha por cuidar de sí misma y de Nazife, que finalmente muere, dejándola sola y con el corazón roto.

En la secuencia final de la película, se ve a la valiente mujer recogiendo alegremente un trozo de panal del mismo riesgo escarpado visto al principio, lo que le da cierta esperanza de poder empezar de nuevo, después de todo.