Rossana, Angelo, Luigi y Donato están presos en la misma cárcel de Civitavecchia, pero nunca se han visto antes. Rossana, una chica de familia acomodada, está dentro por intentar transportar 10 kg de droga desde Brasil cuando estaba allí de vacaciones; Angelo está encarcelado por robo a mano armada; Luigi es un delincuente de larga trayectoria, con numerosas extorsiones, robos y asesinatos a sus espaldas; Donato es un antiguo boxeador condenado por participar en peleas clandestinas, angustiado por su mujer, que se ve obligada a prostituirse.

Todos ellos reciben el mismo día un permiso de salida de 48 horas por buena conducta, al cabo de las cuales tendrán que volver a la cárcel, pues de lo contrario se les considerará fugados. Al salir de la institución no hay nadie esperándoles, excepto en el caso de Rossana, que encuentra un gran sedán negro con chófer esperándola. Angelo, al no encontrar a sus amigos, pide y obtiene de Rossana que le lleve a su casa, heredada de su abuela.

Por el camino, los dos jóvenes tienen un rápido encuentro sexual, tras el cual Rossana, después de que el chófer la haya dejado en casa y le haya pedido que lleve a Angelo a su destino, lamenta al principio no encontrar a su madre en casa, que está en una reunión de negocios, pero luego discute con ella cuando se reencuentran por la noche y la hija declara su intención de huir al extranjero para evitar volver a la cárcel.

Angelo es conducido a la dirección indicada, y aquí encuentra esperándole a sus amigos y antiguos cómplices, que le han preparado una especie de fiesta sorpresa y luego le proponen un nuevo atraco que les saldrá a todos por una pieza, tras lo cual Angelo deberá esconderse en un país extranjero.

Donato, una vez cruzadas las puertas de la cárcel, coge el autobús y se dirige a Sasà, el proxeneta de su mujer, para convencerle de que la deje libre. Sasà accede, pero con la condición de que el ex boxeador participe en un combate clandestino de lucha libre y lo gane. Donato acepta y consigue ganar el combate, pero en el momento en que le recuerda a Sasà que cumpla su palabra, éste le apuñala en el abdomen, le revela que su mujer había muerto tiempo atrás y ordena a dos de sus hombres que le lleven a un lugar aislado y acaben con él. Uno de los dos se aleja unos metros, mientras que el otro, Gaetano, se apiada de Donato y se limita a empujarlo hacia una zanja disparándole al aire, poniendo así al ex boxeador en condiciones de recobrar fuerzas suficientes para volver a Sasà y obtener justicia: para ello, por desgracia, Donato se ve obligado a matarlo con un pico, antes de desplomarse a su vez.

Luigi, tras regresar a casa en tren, se entera de que su hijo Michele, ansioso por seguir sus pasos, ha empezado a traficar con drogas por su cuenta en la zona controlada por la banda de Goran, antiguo cómplice de Luigi. En un primer momento, Luigi consigue convencer a su hijo de que deje de traficar, pero luego va a ver a Goran para convencerle de que no tome represalias contra su hijo y su mujer. Al darse cuenta de que no lo ha conseguido, Luigi convence entonces a Michele y a su mujer Paola para que abandonen definitivamente la ciudad, a la espera de un enfrentamiento con Goran, que se dirige a él y lo mata de un disparo.

Mientras tanto, Angelo, tras haber dado su consentimiento al atraco planeado por sus amigos, decide ir a ver de nuevo a Rossana. Los dos pasan la noche hablando y Angelo propone a la chica que huyan juntos una vez realizado el atraco. Rossana acepta, pero mientras tanto ambos empiezan a cultivar dudas sobre su intención de huir de Italia. Al final, Angelo y Rossana deciden renunciar a sus respectivos planes y regresar juntos a la cárcel, para cumplir el resto de sus condenas y después intentar rehacer sus vidas.