La hermana Cecilia Jones ingresa en un convento de Italia. De niña, sobrevivió a un ahogamiento en un lago helado, lo que la llevó a creer que Dios la había elegido con un propósito. Poco después de su llegada, Cecilia se queda embarazada a pesar de no haber tenido nunca relaciones, y el convento comienza a tratarla como la próxima Virgen María.

A medida que avanza su embarazo, Cecilia es atacada por una monja celosa llamada Sor Isabelle, que cree que se suponía que había sido elegida antes de suicidarse. A la compañera de piso de Cecilia, la hermana Gwen, le cortan la lengua después de que cuestione abiertamente los motivos del convento. Al darse cuenta de que está en peligro, Cecilia intenta escapar tras fingir problemas con su embarazo, pero la vuelven a capturar y le marcan los pies para evitar nuevos intentos de fuga. El padre Sal Tedeschi explica a Cecilia que el objetivo del convento es básicamente clonar a otro Jesús a través de una madre virgen elegida, y Cecilia resulta ser la primera de una serie de intentos fallidos de lograr este objetivo.

Justo antes de dar a luz, Cecilia intenta escapar de nuevo. Mata a la madre superiora golpeándola con un crucifijo antes de estrangular al cardenal con un rosario. Rompe aguas y empapa el laboratorio de Tedeschi con etanol. Éste intenta atraparla, pero ella prende fuego al líquido y destruye el laboratorio. Tedeschi sufre quemaduras graves, pero persigue a Cecilia e intenta sacar al bebé, pero ella le mata apuñalándole en el cuello. Cecilia consigue salir pero acaba dando a luz al anticristo. Acaba aplastándolo con una roca.