Tras sólo dos semanas de relación, Tom (Iain De Caestecker) invita a Lucy (Alice Englert) a ir con él y unos amigos a un festival. La noche anterior, Tom planea llevar a Lucy al hotel Kilairney House, que ha reservado por Internet y está escondido en una serie de carreteras remotas de la campiña irlandesa. Antes de dirigirse al hotel, la pareja se detiene en un pub y se produce un enfrentamiento entre Tom y algunos lugareños.

En la vacía carretera secundaria que conduce al hotel, Tom y Lucy se encuentran dando vueltas en círculo a pesar de seguir las señales y su navegador por satélite deja de funcionar. Al final se dan cuenta de que vuelven al mismo punto independientemente de la ruta que tomen y son incapaces de encontrar el camino de vuelta a la carretera principal. Empiezan a ocurrir cosas extrañas, como que Lucy ve a un hombre con una máscara blanca y que alguien intenta agarrarla en la oscuridad.

Mientras se alejan a toda velocidad de su atacante, Tom atropella a un hombre en la carretera. Él y Lucy recogen al hombre, que dice llamarse Max (Allen Leech). Max afirma estar siendo atacado por las mismas personas que acechan a la pareja. Sin embargo, finalmente se revela como el verdadero culpable, aparentemente capaz de manipular la realidad de las carreteras. Tom echa a Max del coche tras un angustioso enfrentamiento y Max le rompe la muñeca a Tom en una pelea posterior.

Lucy y Tom cogen sus linternas para esconderse de él en el bosque cuando su coche se queda sin gasolina. En la oscuridad, Tom es agarrado y desaparece. Lucy regresa sola al coche y encuentra un bidón de gasolina en el asiento delantero. Después de llenar el depósito y con el GPS funcionando misteriosamente de nuevo, Lucy sigue conduciendo y finalmente encuentra el hotel, pero descubre que está abandonado. El aparcamiento es un cementerio de coches abandonados, lo que sugiere que ella y Tom no son las primeras víctimas.

Max regresa en un Land Rover y persigue a Lucy. Cuando Lucy consigue detener el coche, encuentra un tubo que va desde el tubo de escape hasta el maletero. Abre el maletero y descubre a Tom atado en su interior, muerto por intoxicación de monóxido de carbono debido al tubo que le han introducido en la garganta.

Al amanecer, Lucy encuentra el camino de vuelta a la carretera principal, pero mientras conduce por un páramo solitario hacia ella ve a Max de pie en la carretera a lo lejos. Max extiende los brazos y le sonríe. Lucy pisa a fondo el pedal y acelera hacia Max.