Es junio de 1940, durante la Batalla de Francia. Después de que los padres y el perro de la pequeña Paulette mueren en un ataque aéreo alemán en una columna de refugiados que huyen de París, la niña traumatizada se encuentra con Michel Dollé, de 10 años, cuya familia campesina la acoge. Rápidamente se encariña con Michel. Los dos intentan hacer frente a la muerte y destrucción que los rodea construyendo en secreto un pequeño cementerio entre las ruinas de un molino de agua abandonado, donde entierran a su perro y comienzan a enterrar a otros animales, marcando sus tumbas con cruces robadas de un cementerio local, incluida una que pertenece al hermano de Michel. El padre de Michel sospecha primero que la cruz del hermano de Michel fue robada del cementerio por su vecino. Finalmente, el padre descubre que Michel ha robado la cruz.

Mientras tanto, los gendarmes franceses llegan a la casa de los Dollé para llevarse a Paulette. Michel no soporta la idea de que se vaya y le dice a su padre que le diría dónde están las cruces robadas, pero a cambio no debería entregar a Paulette a los gendarmes. Cuando su padre no cumple su promesa, Michel destruye las cruces arrojándolas al arroyo. Paulette termina yendo a un campamento de la Cruz Roja, pero al final de la película se le ve huyendo entre la multitud en el campamento, llorando por Michel y luego por su madre.