La película sigue en general las vidas de afroamericanos pobres que viven en una comunidad llamada Watts (a las afueras de Los Ángeles). Su banda sonora incluye muchas canciones de artistas populares hechas por o sobre la comunidad negra. No hay mucho argumento, ya que la película generalmente documenta la vida cotidiana de los residentes.

Stan (Henry G. Sanders) vive en una comunidad pobre y trabaja en un matadero de ovejas. Vive en una casa destartalada con su mujer (Kaycee Moore), su hijo y su hija. Aunque la familia es pobre, sigue teniendo orgullo y más riqueza que las generaciones anteriores. La película sigue a los niños jugando a pesar de carecer de la mayoría de los juguetes o aparatos electrónicos (gran parte de sus juegos consisten en hacer el bruto, peinarse, correr por el barrio y tirar piedras).

Stan está muy cansado, pero no puede dormir porque le atormenta la monotonía y lo sangriento de su trabajo. Su mujer hace muchos esfuerzos por conectar con él, pero él la rechaza. Ella llora mientras Stan la ignora a ella y a sus hijos.

A lo largo de la película, a Stan le ofrecen más dinero si se dedica a actividades sórdidas (entre otras cosas, dos hombres intentan que les proporcione una coartada mientras golpean a alguien, y la dueña del mercado local le ofrece pagarle si se acuesta con ella), pero él rechaza todas las ofertas. También pierde dinero cuando él y su amigo compran un motor de coche para ponerlo en un coche viejo que tienen (en un esfuerzo por revenderlo) sólo para romper accidentalmente el bloque del motor inmediatamente después de comprarlo.

Finalmente, la familia convence a Stan para que se vaya de vacaciones un fin de semana con su amigo. De camino, Stan consigue por fin dormirse rodeado de su familia. Antes de llegar a su destino, el coche en el que viajan pincha una rueda. Como no tienen rueda de repuesto, se ven obligados a volver a casa. No obstante, Stan se reconcilia con su familia y los abraza. La película termina con Stan trabajando en el matadero.