Jeanne Fabre, una atractiva adolescente despreocupada y solitaria, pasa el tiempo patinando por París y buscando trabajo, una molestia que soporta para complacer a su madre viuda, Louise, que dirige una guardería en su casa. Al ver un telediario sobre ataques antisemitas, Louise reconoce a Samuel Bleistein, un prestigioso abogado judío que estuvo enamorado de ella muchos años atrás. Louise organiza una entrevista de trabajo para su hija en el bufete de Bleistein.

Samuel recibe la visita de su hijo Alex, que ha venido a París para celebrar el próximo bar mitzvah de su hijo Nathan. El encuentro de Alex con su ex mujer Judith, asistente de Samuel, es tenso.

La entrevista de trabajo de Jeanne es un desastre. Sin inmutarse por este fracaso, Jeanne vuelve a patinar y conoce inesperadamente a Franck, un joven luchador que se enamora de ella al instante. Comienza una relación y la pareja acaba yéndose a vivir junta. Creyendo que Jeanne tiene trabajo, Franck también lo encuentra, como conserje en una tienda de electrodomésticos. Franck resulta gravemente herido en una pelea con un traficante de drogas. La policía detiene a Franck, que rechaza a Jeanne cuando ésta le visita en el hospital, tras descubrir que ella había mentido todo el tiempo acerca de su empleo.

Desconsolada, Jeanne vuelve a casa a vivir con su madre. Una noche, Jeanne se dibuja tres esvásticas en el cuerpo, se hace pequeños cortes y se corta parte del pelo. Pronto denuncia a la policía haber sido brutalmente agredida por seis matones en el tren de cercanías RER porque pensaban que era judía (cosa que no es). El incidente se convierte en una gran causa célebre nacional, aunque Louise cree en silencio que su hija se lo ha inventado.

Alex, todavía inquieto por su ex mujer, decide no ir al bar mitzvah de Nathan. Judith le ruega que lo reconsidere y pronto confirman que aún se quieren. En su habitación de hotel, hacen el amor y se reconcilian.

Cuando Louise le pide ayuda a Samuel sobre el problema de Jeanne, éste les invita a reunirse con su familia en su casa de campo junto a un lago. Mientras Samuel les lleva a su casa, Nathan le susurra a Jeanne que cree que está mintiendo sobre todo el asunto. Cuando todos se reúnen para cenar, Jeanne se atiene a la misma historia que contó a la policía: seis jóvenes se le acercaron y, suponiendo que era judía, procedieron a agredirla. Tras un largo interrogatorio, decide dar por terminada la noche, pero se marcha y cruza el lago en un bote de remos.

Nathan ayuda a Jeanne cuando empieza a llover y la invita a su pequeña choza, un refugio seguro para alejarse de sus padres. Como está toda mojada, se desnuda y se sienta junto a la chimenea con Nathan. Le enseña sus cicatrices, pero acaba confesando que se las inventó. Nathan la convence para que se lo cuente a los demás y, a la mañana siguiente, Jeanne se lo confiesa a Samuel. Samuel le hace escribir y firmar una disculpa abierta a todos los afectados por la historia. Jeanne y Louise regresan a París en tren.

Jeanne acude a la policía y es encarcelada durante 48 horas por sus graves declaraciones falsas. Al final le suspenden la condena y debe asistir a terapia psiquiátrica. Cuando Franck es interrogado por Samuel sobre Jeanne, Franck dice que sigue enamorado de ella, a pesar de sus mentiras.

Samuel asiste al bar mitzvah de Nathan, cuando también ve imágenes de televisión en las que unos periodistas entrevistan a Louise sobre el escándalo. Cuando le preguntan cómo sabía su hija el nombre de Bleistein, Louise miente y responde que no lo sabe. Jeanne vuelve a vivir con su madre. Busca trabajo de secretaria en Internet. Recibe una postal de Nathan, que está enamorado de ella. Jeanne es vista por última vez patinando por un largo camino entre árboles.