Julie, una cineasta de mediana edad, lleva a su anciana madre, Rosalind, a un hotel apartado y aparentemente vacío. El padre de Julie ha fallecido recientemente y Julie quiere pasar tiempo con su madre con la esperanza de hacer una película sobre ella. Envuelto en una niebla inquietante, el hotel solía ser la antigua casa familiar de Rosalind, y ella relata dolorosos recuerdos que ocurrieron en ese lugar, incluido un aborto espontáneo y la muerte de un miembro de la familia durante la Segunda Guerra Mundial. Julie comienza a lamentar haber sacado a relucir estos recuerdos, pero Rosalind le asegura que no es su culpa y que también ha tenido recuerdos felices en la casa de su infancia.

Una noche, Julie entra en su habitación y descubre que el perro de su madre ha desaparecido. Busca frenéticamente por los terrenos, solicitando la ayuda de Bill, un empleado del hotel. Rosalind regresa a la habitación y encuentra al perro sentado en la cama. Agradece a Bill por su ayuda y comparten una bebida mientras se conectan por su duelo compartido; el padre de Julie y la esposa de Bill, que también ha fallecido recientemente. Al día siguiente, Julie escucha a Rosalind hablar con Bill. Rosalind dice que siente lástima por Julie porque no tiene hijos propios y en su lugar se desvive por su madre.

La soledad de Julie

En el cumpleaños de Rosalind, Julie prepara una cena especial para ella, pero cuando Rosalind dice que no tiene hambre, Julie se derrumba. Siente que no puede ser feliz cuando su madre no lo es y teme por el futuro ya que no tiene hijos que cuiden de ella cuando sea mayor. Mientras le lleva a su madre una tarta de cumpleaños, llora y se revela que está sola en la mesa y que su madre murió en el pasado.

Al día siguiente, Julie trabaja en su guion y luego se prepara para partir. Al salir del hotel, se revela que está lleno de huéspedes y personal. La recepcionista parece visiblemente preocupada por Julie, quien con la ayuda de Bill sube a un taxi. La niebla alrededor del hotel se disipa gradualmente.