La pareja de María y Jesús está intentado adaptarse a los cambios que trae la llevada al mundo de su primer hijo, llamado Cayetano. Nombre que escogió María sin tener en cuenta la opinión de Jesús para nada.

Vemos a María muy contenta con el nacimiento de su hijo, ya que era la ilusión de su vida. Jesús, en cambio, muestra menos iniciativa, prefiriendo que ella asuma las responsabilidades con el bebé.

La película comienza con la pareja de primerizos visitando una tienda de muebles para continuar decorando la casa de la difunta abuela de Jesús, la cual estan decorando a su gusto ya que se han mudado allí. En la mueblería se detienen ante una mesa de centro. La mesa está compuesta por dos esculturas de mujeres sosteniendo un vidrio, algo que no destaca demasiado. Para la mujer, la mesa es horrible, pero a Jesús le gusta. El vendedor les habla de las bondades de la mesita, la más importante, que el cristal es irrompible. Insiste tanto que finalmente deciden comprarla.

Al volver a su hogar, se encuentran la vecina y su hija de 13 años. La niña se ha enamorado de Jesús, y cree que tienen una historia de amor secreto. Lo amenaza con contárselo a su mujer si no huye con ella. El hombre intenta hacerla entrar en razón, pero la niña sigue convencida de que su historia es real.

Cuando llegan a casa, y Jesús se pone a montar la mesa mientras María sale a hacer algunas compras para la cena, ya que han quedado con el hermano de Jesús y su nueva novia, dejando al bebé con el padre en casa. Cuando el niño empieza a llorar, el padre intenta calmarlo. Mientras lo lleva en brazos, el niño cae sobre el cristal de la mesita, que se rompe, causando varias heridas en las manos de Jesús y provocando en el trágico fallecimiento de Cayetano.

Jesús está en estado de shock, intentando asimilar lo ocurrido. María, está en el supermercado, donde se ha encontrado a una vieja amiga, y decide llamarlo para que la salude, pero él le cuelga. En estado de trance, decide limpiar la sangre del comedor, deja a su hijo muerto en la cuna y se cura sus propias heridas, sin saber exactamente cómo reaccionar ante lo que ha pasado. Cuando María vuelve, nota que Jesús actúa de forma extraña, pero continúa con sus tareas. Jesús le impide ver al niño, diciéndole que está dormido. Poco después, llega su hermano con su novia para comer y conocer al nuevo miembro de la familia.